El asesinato de la concejal y defensora derechos humanos, Marielle Franco, puso nuevamente en primera plana el terrible momento político que vive el gigante sudamericano. Al golpe parlamentario contra Dilma Rousseff, el gobierno de facto de Michel Temer, la intervención militar de Rio de Janeiro, el intento de proscripción y encarcelamiento de Lula, el asesinato de jóvenes de las favelas, ahora se le suma el crimen político.