En 1825, Bolivia nació a la vida independiente con una costa de aproximadamente 400 km sobre el Océano Pacífico; un 14 de febrero de 1879 Chile invadió territorio boliviano para usurpar un corredor costero de 120.000 km2. El pretexto era defender los intereses de una empresa chilena con capitales británicos que se dedicaba a la explotación del guano y la salitre, interés que entró en conflicto cuando Bolivia intentó hacer efectivo el cobro de un impuesto de 10 centavos por 100kg de salitre exportado. Obviamente detrás del conflicto estaba la mano británica fogueando los acontecimientos sucesivos; unos años antes el gobierno de la Reina de Inglaterra habían provisto de armamento a Chile no de manera inocente. En consecuencia, Bolivia perdió su acceso al mar, su condición marítima, y quedó como país mediterráneo, también perdió las minas de plata y cobre más grande del mundo que luego hicieron de Chile casi su riqueza más importante y motor de su desarrollo.