El sindicato de presos, único en la Argentina y la región, se llama Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (SUTPLA). Y su nombre completo es más que una mera formalidad. “Se llama así porque la libertad ambulatoria es la única libertad restringida, los otros derechos tienen plena vigencia”, aclara Rodrigo Díaz, el Secretario General del SUTPLA, que ya cuenta con unos 600 afiliados y pertenece a la CTA.

A menos de un mes de haber salido de la cárcel de Devoto, Rodrigo Díaz visitó los estudios de Radio Central, en la sede nacional de la CTA, y charló largamente sobre la inédita experiencia de haber formado un espacio gremial para personas detenidas (se adjunta el audio completo de la charla). “La CTA tomó la bandera de la creación de un sindicato de presos. A muchos les cuesta poner los pies en el barro, pero la Central lo hizo de la mano de Hugo Yasky y Gustavo Rollandi (Secretario de Organización)”, cuenta Díaz.

En Devoto, donde empezó la experiencia del SUTPLA, hay una población carcelaria de 1600 detenidos. Alrededor de 860 desempeñan tareas remuneradas en diversas categorías para una contratista administrada por el Servicio Penitenciario Federal.

El propósito del sindicato -que se formalizó hace poco menos de un año- es la protección de los derechos laborales de los internos que prestan servicios en los talleres, tanto en los establecimientos penitenciarios federales, como en un futuro breve también en los provinciales. Además de la de Devoto, hay otra sede en La Pampa, Marcos Paz y se está organizando en Ezeiza.

“El 70% de la gente que llena las cárceles fue excluida y no tuvo educación ni trabajo. A los presos hay que darle educación y hábitos laborales, para que de la cárcel salga una persona preparada para el medio libre y pueda trabajar. Pero mucha plata destinado al trabajo de los presos se la queda el servicio penitenciario y, en lugar de alguien preparado, sale un contingente de gente violenta y ociosa”, opina el Secretario General del SUTPLA.

La agenda de demandas del sindicato incluye: trabajo para todos los que lo requieran (en oficios como carpintería, herrería, lavadero de autos, taller mecánico y mantenimiento), salario mínimo vital y móvil de 2.876 pesos, sin que se retenga el fondo de reserva, cobro en término y bancarización de la remuneración. Además exigen que se paguen las asignaciones familiares, que se realicen los aportes previsionales, la cobertura de Obra Social, la protección de ART y el fondo de desempleo para los que se van en libertad.

“El SUTPLA reclama cuestiones vinculadas a lo económico, pero también que el detenido aprenda a reclamar sus derechos y haga un cambio mental. Ante el 80% de reincidencia en el delito, está claro que la institución carcelaria fracasa. No logra sacar a los presos del ámbito de marginación y violencia. El sindicato es una espacio de lucha pero también de reivindicación, de reclamo de derechos y también de dignificación”, reflexiona Díaz.

Sobre la creación del SUTPLA, afirma que “con el sindicato salimos de abajo de la alfombra. Y no salimos con un motín ni prendiendo fuego. Salimos con una institución. Por ahí la gente dice ’los presos encima quieren trabajar’. Pero otros quizás valoren que no pedimos que nos larguen, ni pan y circo o droga. Pedimos que nos dejen llevar adelante una institución sindical. Trabajar, un salario. No creo que haya algo más sano en la sociedad”.

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