El dictador murió en su celda de Márcos Paz. Fue a las 8.25 y por causas naturales. Tenía 87 años. Había llegado al poder en 1976 tras el golpe de Estado y comandó la dictadura más sangrienta de la Argentina hasta 1981.

Para Hugo Yasky, “quienes fueron sus víctimas jamás hubiesen imaginado un final así para el genocida, tras las rejas”. El secretario General de la CTA opinó: “Hay en ello un símbolo de los nuevos tiempos que estamos viviendo en la Argentina, donde la impunidad ya no tiene posibilidad de ser. Ese es un enorme mérito del gobierno de Néstor Kirchner, que demostró con hechos que haber bajado los cuadros no era una mera bravuconada, sino un reordenamiento jurídico después de lo que había sido una política consistente en garantizar la impunidad a los responsables civiles y militares del terrorismo de Estado. Hay que reconocerle al pueblo argentino la enormes reservas morales, cívicas y políticas, cuya más noble y excelsa expresión fueron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Fueron gotitas que formaron el torrente incontenible de la resistencia. Porque en la resistencia está la raíz profunda que explica la derrota política y cultural de los genocidas”.

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