Las elecciones del miércoles pasado en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) no fueron unas compulsas gremiales más. Los alcances de lo que allí sucedió y de lo que aún falta definir puede modificar el escenario de un ala del movimiento obrero. Para muchos, los resultados de los comicios de uno de los dos sindicatos de empleados de la administración pública nacional pueden generar cimbronazos no solo allí mismo, sino también en las dos CTA.