La consigna “No va a haber golpe” unió a militantes negros, ambientalistas, del movimiento LGBT, gremialistas, campesinos sin tierra y partidos de izquierda.
Gracias a la movilización de los sindicatos y los movimientos sociales, la campaña del PT ganó la calle, dijo el líder de la CUT, la organización gremial más poderosa de América latina, que dice contar con una base de 22 millones de representados.