Prat Gay habla en nombre de los grupos empresarios que hoy se sienten dueños del país, con derecho a pisotear las conquistas de los trabajadores como si fueran el felpudo donde se van a limpiar la mugre de los zapatos. Pero el ministro Prat Gay y los de su clase, que creen estar ante la oportunidad del revanchismo social para llevarse puestas las conquistas de los trabajadores, van a tener que hacerse a la idea de que las paritarias libres, sin condicionamiento alguno, son una conquista histórica a la que la CTA y los trabajadores no estamos dispuestos a renunciar.