“Nos parece absolutamente imposible desde todo punto de vista, nos parece técnicamente imposible en la realidad, organizar todo esto sobre una base falsa”. Es enfático, dolido, no es el Fidel que se ve en sus discursos por televisión. Está sentado frente a una mesa y un micrófono. Dice “falsa” y lo gana el silencio, baja la cabeza, toma una fotografía con la mano y la levanta y trata de seguir, dice “se puede” y otra vez tiene que frenar y larga un suspiro, mira la foto y menea la cabeza. “Pero es imposible hacer una imitación de lo que constituye el rasgo, los rasgos más sutiles de la personalidad, el gesto, todas las cosas”. Habla de su amigo. Deja la foto sobre la mesa pero no puede dejar de mirarla, “es imposible imitar la fisonomía de una persona”.