Mauricio Macri, le estrechó la mano a Ronald McDonald’s, para que en su casita feliz incorpore a 5000 pibes/as entre 18 y 23 años que pertenezcan a sectores de vulnerabilidad social, es decir, “jóvenes pobres y desocupados” (en palabras de Jorge Triaca). Derechos que esperan, derechos que se destruyen y oportunidades que sólo le sirven a las empresas.