El coronel Ramón Falcón había sido el represor del acto de la FORA, la central obrera anarquista, el 1º de mayo de 1905. Ese día se llevaban a cabo dos actos por el Día del Trabajador. Los socialistas por un lado y los anarquistas por el otro. Estos se reunieron en Plaza Lorea, casi todos obreros de origen italiano, español, portugués y ruso. Llevaban banderas rojas y gritaban: “¡Mueran los burgueses!, ¡guerra a la burguesía!”. Al frente iban las banderas rojas, bordadas con letras doradas. Rompieron algunas vidrieras de los negocios que no habían cerrado sus puertas, lo mismo que atacaron a los conductores de tranvías que no se habían sumado al paro.