Algunos miembros de las Fuerzas Armadas tuvieron ¿tienen? problemas médicos y emocionales derivados de los crímenes que cometieron durante el terrorismo de Estado. Pesadillas, insomnio, stress, incluso cuadros más severos. No es raro. Al contrario, es esperable que eso le ocurra a cualquier ser humano que haya torturado y asesinado. Lo extraño es que algunos de ellos crean que sus problemas se derivan del hecho de que los asesinatos que cometieron se hicieran públicos y no del hecho mismo de haberlos perpetrado. Al menos eso es lo que alegan ante sus superiores, con el objetivo de ser reconocidos y sacar algún beneficio extra y, a la vez, no mostrarse como arrepentidos.