2 de septiembre de 2016
Gracias, compañeras, gracias compañeros. No saben ustedes el orgullo inmenso que podemos sentir, que siento yo, de ser representante de estos trabajadores, de estas trabajadoras, capaces de dar esta demostración de dignidad, de convicción, capaces de arrancar, como arrancamos desde lo profundo de la Patagonia; desde el Cerro de la Gloria, en Mendoza, a pesar de los aprietes, allá, entre el Chaco y Resistencia; los compañeros que arrancaron de Jujuy, frente al penal donde está esa rehén de la oligarquía jujeña, la compañera Milagro Sala símbolo de nuestra lucha; los que arrancaron frente a la Casa Histórica de Tucumán; los que soñaron en Santiago del Estero, con que un grupo de alumnos y alumnas de la escuela pública iba a demostrarle a los cipayos de las clases opulentas que tenemos Patria, que tenemos dignidad, que estamos de pie, que tenemos identidad y que tenemos historia. Somos Pueblo, somos América Latina, somos la Argentina que no se rinde.