Fueron horas de extrema tensión. El frío y el cansancio se convirtieron en enemigos silenciosos de los más de 300 compañeros y compañeras que se agolparon en la puerta del Consejo Directivo Nacional. En nuestro propio centro de cómputos se detuvo el conteo porque algunos fiscales no llegaban con las actas de cierre y entonces, no había datos certeros. El hermetismo coexistía con la esperanza y luego con el cruce de datos.

-  Estamos 200 arriba – informaba extraoficialmente un compañero.
-  Vamos palo y palo – se decía una hora más tarde.
A través de los teléfonos celulares llegaban informaciones salpicadas que no permitían asegurar el triunfo, aunque invitaban a ilusionarse. Lentamente, nuestros militantes se acercaban a la sede de Carlos Calvo, mientras los compañeros y compañeras de otras listas hacían lo propio, cada uno a la espera del escrutinio final.

A las 3:36 de la mañana del ya frío 3 de septiembre, después de una tensa espera, casi en silencio, impertérritos a pesar del agotamiento de una jornada interminable, que comenzó el lunes 31 con el multitudinario acto de cierre en el Teatro Verdi, bastión histórico que vio nacer a nuestra organización 90 años atrás, uno de nuestros apoderados avisa por mensaje que estaba esperando la firma del acta de proclamación. El último tramo del escrutinio había sido para el infarto: sólo quedaban 6 urnas por abrir, 4 de la SENNAF y 2 del PAMI. Suponíamos que por tratarse del sector de nuestro candidato a Secretario General, esa masa de sufragios iba definir la elección.

Y así fue. Minutos después, nuestros apoderados salían victoriosos con el Acta de Proclamación en la mano: la Lista Verde y Blanca se imponía sobre la Verde por 4401 votos a 4064 y 3813 de la Lista Verde, Celeste y Blanca. El sueño de refundar ATE comenzaba a rodar, y el estallido contenido por los cientos de compañeros y compañeras agolpados contra las vallas de seguridad colocadas en la entrada del consejo directivo, se hacía sentir con una fuerza incontenible: “Soy de ATE, soy de ATE yo soy”.

El abrazo interminable de todos, del “Tanito” Catalano con “Manolo” Sueiro, cabezas de fórmula de un sueño largamente anhelado, simbolizaba el premio a largos años de lucha, de paciencia y de construcción de una unidad genuina y duradera que se plasmó en la nueva síntesis propuesta por la Verde y Blanca. Síntesis que la lista Azul y la Verde de Germán comprendieron oportunamente, y que abre un nuevo cauce en la historia de nuestra ATE: el de la recuperación y la refundación para poner de pie a la organización, de cara a una nueva etapa que se abre en nuestra Argentina y en Latinoamérica. La de consolidar nuestras conquistas y luchar en unidad y organizados por todo lo que nos falta.

(*) Delegado General de la Junta Interna del Ministerio de Industria, Secretaría de Comercio y Tribunal Fiscal de la Nación y Vocal electo por la Seccional Capital de la Lista Verde y Blanca.

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