Nuestra derrota en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, marco el inicio de una escalada del poder económico y de las clases dominantes de nuestro país para apuntalar e instalar un escenario de debilidad del gobierno y el campo popular.

Cada día van modelando un discurso, imágenes y acciones que apunta no sólo dominar la agenda política y social en esta coyuntura electoral, si no la de los próximos años. Ellos intentan iniciar un nuevo tiempo político, que tiene como destino conmover a la opinión pública y a la sociedad Argentina, para luego entrar en una etapa de desestabilización y de hacer retroceder los avances en la distribución de la riqueza impulsado por el gobierno nacional.

En efecto, esta es la disputa del poder que, ante su debilidad para enfrentar a CFK en la gran batalla política, social, económica, ideológica y cultural que tiene su punto mas alto el 23 de octubre en la elección presidencial, apela a movilizar conciencias opositoras. En la conducción política de esta operación de demolición de Cristina, se alinean el poder real, las corporaciones económicas exportadoras, los socios de la Asociación Empresaria Argentina, donde sobresale la multinacional Techint, y como nave insignia el multimedios Clarín.

El discurso dominante intenta instalar la idea de que el gobierno nacional está débil, para eso alimentan internas, una supuesta rebelión al interior de nuestras fuerzas por el armado electoral, fogonean el caso Schoklender –una desdichada estafa a la inocencia de las Madres-, las denuncias en el Inadi, el resultado electoral de Capital, nuestra supuesta derrota en Santa Fe, la exaltación de De La Sota como nuevo factor de poder en el PJ, y el intento de convertir la interna abierta del 14 de agosto en una especie de primera vuelta electoral, y allí lograr que CFK no llegue a los 40 puntos. Ese es el objetivo.

A esta estrategia política, electoral, institucional, y mediática se suma hacer aparecer el análisis de ADN de los hijos de Noble, como otra derrota del gobierno, y la predica constante denunciando corrupción, inseguridad, el Indec, la inflación, y la demonización de Moyano, Moreno, La Cámpora y ahora el ridículo, de acusar de facho a Fito Páez por ejercer su derecho a opinar como le parezca.

Sin duda que nosotros debemos darle una respuesta integral a esta estrategia del poder, y no entrar en sus provocaciones. La elección de Capital, su resultado, no fue lo esperado por nosotros ni tampoco por ellos. Nosotros esperábamos estar superando el umbral del 30 por ciento, y ante la opinión no de consultoras amigas u opositoras, si no en la evaluación que hacíamos de la gestión macrista, no esperábamos que en la Ciudad, que el actual Alcalde llegara a los 47 puntos.

Jamás pensamos que nuestro candidato estuviera a 6 puntos y menos que la elección fuera un galopito triunfal, incluso sabiendo de la fuerte recuperación de la imagen de CFK en este distrito. La ciudad voto a jefe de gobierno porteño, y seguramente muchos de los votos macristas o de Pino Solanas serán nuestros en la presidencial. El dato distintivo de esta elección fue el derrumbe de Alfonsín, cuya candidata del radicalismo, Silvana Giudice, apenas supero el 2%, ni hablar de Carrió, o del papelón que desde la fracasada interna abierta del Peronismo Federal viene realizando en continuado el duhaldismo con menos de 0,5 % .

Ciudad y autocrítica

Creemos que la elección de la Ciudad deberá ser analizada en profundidad, pero jamás echarle la culpa al pueblo de los representantes que elije, en todo caso buscar en ese pueblo las respuestas. Tampoco descalificar a quienes opinen que el electorado porteño, de esta ciudad puerto, metrópoli, proclamada culta y rica y autónoma, y muy desigual, tenga la capacidad de parir a hombres como De la Rua, que se deleitó con Menem, y ahora cobija a Macri.

El resultado electoral es hijo de un proceso político y no al revés. Habrá que hurgar en nuestras debilidades, y en el resultado de las denominadas gestiones progresistas anteriores a Macri, que también deben ser tenidas en cuenta a la hora de buscar respuestas; la magra elección de las tres vertientes que ya gobernaron la ciudad es un dato revelador.

El denominado progresismo demostró su debilidad, entonces habrá que repensar esa idea, y la forma de organizar una propuesta política para la Ciudad. En su concepción socio económico y cultural, hay segmentos de menos recursos en Capital y que se parecen en mucho a las barriadas del primer cordón del Gran Buenos Aires, donde conviven amplios sectores medios, pero también trabajadores, jubilados, pensionados.

Es necesario desplegar una nueva estrategia territorial, y capitalizar políticamente los derechos recuperados para los habitantes de esta ciudad. Las miles de jubilaciones, la atención de los afiliados del Pami, la Asignación Universal por Hijo, las pensiones no contributivas, teniendo en cuenta que sólo desde el Ministerio de Desarrollo Social y hacia la ciudad, el gobierno nacional entrego 35000 pensiones no contributivas, que benefician a discapacitados, madres con siete hijos, mayores sin cobertura.

Creo, tenemos el deber de organizar esa fuerza, y encontrar la forma de transmitirla a las y los porteños y atraerlo hacia nuestro lado, demostrando que la recuperación de los ingresos de los profesionales, comerciantes, de los salarios de los trabajadores, las obras de infraestructura, la educación, la previsión, y las políticas sociales y universales, no son mágicas ni divinas, son producto de una política de derechos y que las resolvió nuestro gobierno, no el gobierno de la Cuidad.

Esto necesita, no sólo adaptar discursos, hay que repensar la forma de construir en el territorio menos individualismo y acuerdos por arriba, disputas de protagonismos y de fotos en los diarios y mas debate, más democracia y unidad. Esto que analizamos, no es para repartir culpas, si no para darnos fuerzas hacia el ballotage, y para capear el golpe, y el impacto en términos políticos y en la relación de disputa con los factores de poder. Ataque sin fronteras éticas

Hablamos del poder que en su ofensiva condicionante, ha lanzado un verdadero terrorismo mediático sobre Madres de Plaza de Mayo, y en especial sobre Hebe de Bonafini en un intento de demoler nuestra política de derechos humanos, y golpear en la conciencia social del pueblo, la corrupción es el vehiculo por donde pretenden entrar, pero el fin ultimo, orada uno de los pilares centrales de nuestro proyecto: el fin de la impunidad.

La victimización, en el caso Noble Herrera, ante los resultados de ADN de Felipe y Marcela, y el intento de cierre judicial de la causa es otra parte de esa escalada para cerrar el círculo de impunidad. Lo que se pretende es instalar que acá no hubo terrorismo de Estado, no hubo robo de bebes, no hubo complicidad civil, que este es un gobierno revanchista y que hay que cerrar heridas. Es imponer la teoría de los dos demonios, teoría que vuelve en plena campaña electoral, y que es asumida por la mayoría opositora, en sintonía con las necesidades políticas del Grupo Clarín.

No se quedan ahí. Mas allá del debate sobre el rol de la agrupación La Cámpora en la supuesta preferencia que CFK tuvo hacia ellos en el armado de las listas, o en la gestión del gobierno, el ensañamiento y su demonización por parte de los escribas del poder, es parte de un ataque a los símbolos de esta nueva etapa, ya que los cuadros mas notorios de esa agrupación son hijos de compañeros desaparecidos. Y su protagonismo y militancia ponen en cuestionamiento a quienes fueron responsables o cómplices del genocidio, militares y civiles insertos en el poder.

Volviendo al principio, estos sectores, sumando a la estrategia de debilitamiento, se proponen mostrar derrotas aplastantes y humillantes para el oficialismo según su necesidad comunicacional. Ahora con el impulso del triunfo macrista en Capital, van por ampliar la ventaja de la primera vuelta electoral, hay que sacarle mas rédito a esa victoria, y definir el arco opositor que pelee el intento de condicionar a CFK, y tratar de llevarnos a segunda vuelta, en esto, las declaraciones de Alfonsín y Carrió lo confirman.

Escaladas mediáticas

La otra escalada, de este escenario, es que en Santa Fe, nuestro candidato Agustín Rossi pierda y no de cualquier manera, el objetivo que sume a esta campaña de debilitamiento nacional, es que en esa contienda llegue tercero, por eso levantan a Miguel Del Sel, el reutemismo juega en esa estrategia, pero mucho mas que una interna del PJ, el poder económico, instala el voto del campo contra Rossi, de paso, hace dos jugadas al mismo tiempo, debe perder Rossi para que pierda CFK. Esto, aducir al mismo tiempo que fue rechazado políticamente por ser uno de los abanderados de la defensa de la resolución 125, que nos enfrento a la corporación sojera exportadora. Entonces el mensaje es claro: el que enfrenta al poder pierde.

La elección de Córdoba es el otro punto de esta escalada, ahí hay que mostrar a De La Sota, como un ganador anti K, pero sobre todo hay que ubicar a la gobernación de Córdoba, como parte del nuevo diseño institucional, hacia agosto en las primarias, octubre, en la elección presidencial, y después del 10 de diciembre. De la Sota que fue durante su gestión anterior un menemista tardío, hoy tiene la posibilidad de repetir, y tiene más cosas en común con Macri que con CFK y nuestro proyecto. Un triunfo de él, lo mostraran como un triunfo opositor, el hombre que trajo a Cavallo al PJ, y a la política, y que viene por la revancha, de su fallida candidatura presidencial del 2003. Esto repetiría el triángulo Capital, Santa Fe y Córdoba. Nada nuevo. Ya pasó a Néstor y a Cristina, con alguna variable.

Lo que buscan: quebrar la unidad de las organizaciones sindicales con el gobierno

Como los grupos de poder están tirando “bombas racimo”, ya que el triunfo de CFK sería la profundización del modelo nacional y popular, la estrategia se extiende también al movimiento obrero. Es sabido que ya cuentan en sus filas con dirigentes importantes, los denominados gordos de la CGT, o sindicalismo empresario, el dúo Barrionuevo-Venegas, que reporta a Duhalde y Roberti, de petroleros privados asociados con de Narváez y candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en la boleta de Alfonsín.

La confrontación abierta contra Hugo Moyano de hace un par de meses, donde acusado casi de demonio, le agregan a la campaña de intrigas y sospechas, de ponerle la infamante calumnia de que el gobierno nacional va por su sillón de Azopardo, y que también desde la oscuridad, el gobierno es responsable de campañas judiciales y mediáticas en su contra Esto con el objetivo de generar la fractura entre el gobierno y la CGT.

Cualquier excusa los lleva, desde el enojo por la falta de dirigentes sindicales en las listas del Frente para la Victoria, la inflación, el mínimo no imponible, las obras sociales, o un incierto recelo de la juventud sindical con los jóvenes de La Cámpora. Y ahí vemos con claridad es que para el poder económico, es fundamental romper esa alianza que a sido clave en la construcción de este modelo. La insistencia de los multimedios del poder del malestar sindical con CFK, esconde el deseo de darle rienda suelta al conflicto social y crear clima de paro nacional, y de enfrentamiento entre sectores que necesariamente debemos estar unidos.

También jugaron su estrategia en la CTA, al promocionado espacio democrático de Pablo Micheli que “le gano en elecciones al kirchnerista” Hugo Yasky. Elecciones no tan democráticas, ya que terminó en un papelón ridículo del que es difícil volver, ya que la justicia demostró que Micheli se proclamo ganador con fraude escalonado en varias provincias.

Los escribas del poder mediático pusieron en primera plana el triunfo de Micheli -logrado insistimos a través del fraude-, al punto que en las editoriales del diario La Nación se ponía como ejemplo a esos dirigentes democráticos. Igualmente al poder la jugada le salió bien, por que uso un conflicto para golpear al gobierno, y al mismo tiempo debilitó una organización que les regala titulares en sus diario y que, paradójicamente, no le reconocen los propios delegados que elijen dentro de los multimedios. La CTA, duramente golpeada por este hecho aberrante de alterar la voluntad de los trabajadores, tiene ahora la posibilidad de reconstruirse, ante el nuevo fallo de la justicia.

Lo que vendrá y nuestra respuesta: unidad popular

El desarrollo de esta primera etapa de la campaña de desestabilización y cambio continuará el 14 de agosto donde planifican convertir a la elección primaria en una primera vuelta electoral y el desafío opositor que CFK llegue con menos del 40% de los votos a ser candidata a presidenta .

Todo el armado de este escenario los construyen los hombres del poder real, las corporaciones económicas y su cadena de medios de comunicación privada, y en ese juego, se ha prendido todo el arco opositor, sin excepción. Lo que está claro: necesitan el control del aparato del Estado, con un gobierno que promueva sus intereses; devaluación de la moneda, rebaja a las retenciones de la soja, congelamiento salarial, achicamiento del gasto público, derogación de la Ley de Medios, el fin de los juicios de lesa humanidad, y de esta manera, frenar la investigación de la complicidad civil, y sus negociados con la dictadura, y volver a restituir los acuerdo de libre mercado priorizando las relaciones con Estados Unidos. Y esto es lo que pretenden, definir la elección presidencial y, si no ganan octubre, el objetivo es condicionar a CFK para su segundo mandato.

Por todas estas razones expuestas, nosotros, tenemos que cerrar filas con Cristina, y construir un fuerte espacio de unidad popular, captar sectores de pequeños y medianos productores, llegar a las capas medias que se benefician con el modelo y de esta manera, defender el proyecto y profundizarlo ¡ya! No esperar a octubre. Por eso decimos, la respuesta es hoy. Hoy hay que tomar medidas para responder a esta estrategia del poder. De nosotros depende que futuro vendrá.

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