El Sexto Informe de Evaluación del Grupo de Trabajo del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), publicado el 9 de agosto de 2021, actualiza la información sobre el cambio climático y ratifica las evidencias contundentes del calentamiento global, la relación directa entre las actividades humanas y los eventos extremos que atravesamos y que siempre generan mayor desigualdad afectando a los más vulnerables.

El Informe advierte que en este siglo se podría superar el umbral de 2°C., ya que en la última década las temperaturas fueron más elevadas que en los últimos 125 mil años y por lo tanto señalan, una vez más, que es urgente terminar con las emisiones de carbono a nivel global.

Como en tantas otras oportunidades, el IPCC remarca que el nivel de las futuras emisiones determinará los niveles de aumento de la temperatura y del cambio climático, así como los impactos y riesgos asociados. Entre el 21% y el 37% de las emisiones globales provienen de la cadena agroalimentaria mundial.

Además, es contundente al sostener que tanto los umbrales de +1,5°C y +2°C, acordados por el Acuerdo de París, serán superados durante el siglo XXI, a menos que se reduzca profundamente la emisión de dióxido de carbono (CO2) junto con otras emisiones de gases de efecto invernadero. Entre ellos, el metano y el óxido nitroso, cuya producción está asociada tanto a los combustibles fósiles.

Entre los principales impactos del calentamiento global en América del Sur, según el Informe del Organismo de Naciones Unidas que estudia la ciencia del clima, se destacan las sequías a nivel continental y las precipitaciones extremas que se presentan en algunas zonas de la región.

Es una realidad que se profundizará. Desde el Sur Global recibiremos los más tempranos, frecuentes y severos impactos en los cambios de nuestros modos de vivir, habitar, transitar y trabajar por la crisis ambiental que abarca la crisis económica y social, ya que también aumentan los niveles de insalubridad, pobreza, desnutrición, analfabetismo y migraciones.

Las y los trabajadores organizados en la CTA (Grupo de Ambiente y Cambio Climático de la Secretaría de RRII), sostenemos que es urgente revertir esta situación de crisis ambiental generada por el actual modelo de producción y consumo, y estamos abordando esta lucha con compañeras y compañeros de la región y a nivel internacional, porque los conflictos ambientales tienen un altísimo componente de clase. En ese sentido, hemos forjado la unidad necesaria para disputar, frente a los intereses voraces de las grandes potencias nacionales y multinacionales, las posibilidades necesarias para construir una Transición Justa.

Sabemos que es necesario actuar ya mismo para contener los efectos del cambio climático y que es imprescindible el compromiso de todos los países, las empresas multinacionales y los grandes contaminadores históricos, en el esquema donde aquellos que más contribuyeron a esta situación aporten a construir una transición justa, donde entremos en igualdad de condiciones y oportunidades, todas y todos lxs trabajadores; empleadxs o desempleadxs, las mujeres, niñas y niños, movimientos sociales, jóvenes, ancianas y ancianos, migrantes, enfermas y enfermos. (principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, por el que tanto hemos luchado en los tratados internacionales).

Para las y los trabajadores, la crisis ambiental y climática es una nueva oportunidad de revertir la desigualdad y construir una realidad efectiva con justicia ambiental y social.

Informe completo:
https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2021/08/IPCC_WGIAR6-Press-Release-Final_es.pdf

Avelina Alonso
(*) Secretaria de Derechos Humanos de CONADU

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