Hace unas semanas me dediqué a contarles lo que sentía cada vez que me cruzaba con el cartel que reza esa frase en la colectora de Panamericana, desde mi condición de ciudadano común.
Escribí sobre mi indignación ante semejante bajeza y el barato intento de hacernos parte de una mentalidad y de un “proyecto” personalista y sin bases sólidas para tentar a nadie, sino sólo a quienes compartan esos intereses individualistas.
Hoy pasé de nuevo y volví a leerlo…Mi indignación fue mayor porque, hace dos días, estuvimos hablando de este personaje con mis compañeros del Sindicato de Cine.
Para aquellos que no lo sepan, SICA nuclea a todos los técnicos que trabajan en la industria “detrás” de una película. Esto incluye a compañeros desde la producción hasta la edición final, pasando por dirección, cámara, vestuario, arte, peinado, maquillaje, etc.
Las publicidades, aún proyectándose en televisión, forman parte del cine, por lo que también pasan por la órbita de nuestro sindicato.
En base a eso, nos pusimos a buscar el registro de contratación de los técnicos que trabajaron en la producción de la publicidad emitida y que responde a esa misma publicidad gráfica.
El caso es que nos encontramos con… nada…
No hay altas, no hay contratos, no hay aviso de filmación, no hay trabajadores…
Ahora resulta que la “generación espontánea” es una realidad…
Francisco de Narváez se puso la galera, tomó su varita y… PUF! Apareció un spot publicitario…
Menos mal que en ese spot, en su momento, se dedicó a decir incongruencias sobre su problema personal con la Presidenta, porque si hubiera querido ponerse a discursear sobre trabajo digno para vender su falacia, está en el horno…
Habla de que hay dos países.
Según él, el de la inseguridad, la prepotencia y la incertidumbre…
El otro, siguiendo el discurso, es “el tuyo, el nuestro, un país con esperanza…”
Empecemos de nuevo, pero desde la óptica de nuestros trabajadores…
Hablemos de un país en el que pudimos recuperar nuestra dignidad como tales. Hablemos de un proyecto donde afianzamos logros luego de décadas de lucha, como trabajo registrado y un salario homologado.
Hablemos de un país donde hombres como él son los únicos que nos hacen sentir la inseguridad, la prepotencia y la incertidumbre de las que habla tan libremente.
La inseguridad de nuestra jubilación y de nuestra cobertura de salud, por carecer de aportes…
La prepotencia de quienes nos quieren denigrar como trabajadores, obligándonos a trabajar en negro…
La incertidumbre de una continuidad laboral si llegamos a quejarnos…
Hablemos de otra cosa. Hablemos de verdades.
Hablemos de por qué se produjo ese spot sin trabajo registrado, de por qué no contestó la carta documento donde SICA reclama lo que es justo para nuestros compañeros, de por qué es fácil insultar la inteligencia de la gente pensando que no pagarán las consecuencias.
Todavía esperamos la respuesta a nuestro reclamo gremial.
Pero este hombre ya tiene la nuestra a su promesa política: “Para los trabajadores, en este país de esperanza y compromiso, su propuesta no es una opción”