El secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y el secretario de Comunicación, Carlos Girotti, se encuentran en la ciudad chubutense de Esquel donde participaron de un Encuentro con la militancia del campo popular, junto al secretario general de CTA Chubut, Tomás Montenegro, camino a la Marcha Federal.

Entre otras organizaciones, estuvieron presentes ATE, ATECH, Cooperativas Comodoro Rivadavia, Soeme (CGT) y Viales CGT.

Palabras del compañero Hugo Yasky

Primero agradecerles, porque sé que es un horario inadecuado en un día de trabajo y sé que hay compañeras y compañeros de otros gremios; compañeras y compañeros de La Cámpora, del Movimiento Evita y otras organizaciones. Además es muy importante sentir que cuando uno llega a un lugar como Esquel, hay un movimiento popular compuesto por militantes, hombres y mujeres, muchos jóvenes, y eso reconforta y vale mucho.

Necesitamos unir todos estos pedacitos que están sueltos; las luchas que están dispersas. El tiempo que tengan estos gerentes de las multinacionales que están en el gabinete, para seguir experimentando, como dice Aranguren, ensayo y error, el tiempo que tengan para seguir experimentando con nosotros, depende de que nosotros, como decía Tomás podamos unir todo lo que está disperso, fragmentado. Unirlo y ponerlo en la calle. Unirlo para ponerlo en movimiento y para confrontar.

Lo cierto es que todo lo que nos pasó en la década del 90 podría suceder realmente ahora con este gobierno. Es la frase de alguien que hablaba de su infancia y decía: “Todo lo que me pasó en la infancia, me está sucediendo ahora”. A nosotros nos podría suceder algo así. Porque en los 90 no llegó a plasmar esa destrucción del movimiento popular y la prueba está que en el 2000 ellos retrocedieron y el campo popular tuvo revancha. Pudimos recuperar la ofensiva y pudimos recuperar terreno.

Hay dos hipótesis. Algunos dicen que éstos vinieron simplemente a robar en tiempo récord todo lo que puedan, a robar, digo, como ahora estamos con toda esta campaña de la permanente retahíla sobre el tema de la corrupción. No solamente corrupción, porque ellos roban legalmente. Hacen negocios que significan expoliación, que significan extracción en tiempo récord de las riquezas, sea de la riqueza natural o la transferencia de recursos de los que menos tienen a los que más tienen. Hay quien dice que vienen a eso y que saben que muy pronto van a perder las elecciones y que por eso entonces trabajan horas extras para tratar que esa política de saqueo se pueda llevar adelante en tiempo récord y hay quienes creemos que vienen por más, que vienen a generar las condiciones para que el campo popular sufra una profunda derrota y que tengan que pasar muchas décadas para que otra vez podamos levantar cabeza.

Creo que la primera interpretación sería la menos grave no creo que sea así. Porque esta clase dominante que hoy tenemos no se conforma con haber recuperado la posibilidad de tener en la Casa Rosada, a títeres que maneja a control remoto, sino que va por más. Ellos quieren que la Argentina forme parte de un continente en el que reconocen que Estados Unidos de Norteamérica es la potencia ordenadora del continente y del mundo. Ellos quieren que lo que significó Chávez, Kirchner, Lula, Evo, cuando en el 2005 le dijimos No al Alca, no vuelva a suceder nunca más.

El otro día José Luis Espert decía que hay que terminar con la fantasía del populismo industrialista. La Argentina no necesita industria. La Argentina tiene que exportar materia prima, debe tener actividades extractivas como la minería y tiene que competir con Chile que no tiene industrias, y con los países que no tienen industrias, y hay que terminar con el movimiento sindical que impidió que ellos pudieran ofrecer al mundo la mano de obra barata que otros países nos ganan en competencia ofrecen, porque tienen eso la posibilidad de disciplinar y abaratar la mano de obra. Entonces están proponiendo esto que yo decía hoy en la prensa. Creo que el desafío que tenemos enfrente es enorme y quienes militamos en los movimientos sociales tenemos una responsabilidad todavía mayor en esta etapa. Es una etapa en la que es necesario a poner en la calle la resistencia. Creo que tenemos que entrar en una virtual etapa de resistencia.

Acá, quienes pensaban que éste iba a ser un gobierno, que como ganó con el 2% iba a ser gradualista, iba a tener algo que ver con eso que era Macri en la campaña, cuando decía que lo bueno lo iba a respetar y que al final dio un giro y dijo no voy a privatizar, la jubilación va a seguir. Recuerdo esa noche, cuando ganó en Capital, y algunos de sus seguidores fueron sorprendidos por el viraje, pero bueno, eso fue todo escena. La prueba está que con la ley que votaron en el Congreso, han matado el árbol de la jubilación pública. Uno para matar un árbol, basta con cortarle la corteza alrededor y el árbol con el tiempo se seca. Esta gente ha hecho eso. Lo que han hecho con el sistema jubilatorio es cortar la corteza alrededor del árbol para que dentro de cuatro años nos despertemos un día con la noticia de que el sistema jubilatorio es inviable, y entonces habrá que jubilarse más tarde, habrá que hacer una jubilación mixta, privada. Imagínense si están pensando que la indemnización tiene que ser en base a un plan de ahorro previo de los trabajadores. Si piensan eso, cómo no van a pensar que la jubilación tenga que ser exactamente igual. Hay que ser bastante tonto para no darse cuenta.

Creo que estamos ante un gobierno que quiere definitivamente que la Argentina se integre por 100 años más en carácter de productor de materia prima y de producción primaria, a un mundo en que los poderosos determinen las orientaciones generales. Para ellos eso es ser normales. Ellos piensan que la Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, vivían en una anormalidad, mientras el mundo se inclinaba hacia la supremacía del capital financiero, del neoliberalismo, de la mano de la crisis, 2008 para adelante ha sido así. El mundo retrocedió, a Grecia la aplastaron; en Francia impusieron las condiciones de ellos; en Portugal también, en Italia también, gana la derecha, gana la xenofobia, ganan los fachos, hasta puede ser que Le Penn y compañía ganen una elección en Europa. Mientras el mundo va para ese lado, nosotros teníamos gobiernos populares democráticos y cuando ellos decían queremos un país normal, decían esto. Ahora somos un país normal.
La gente va a pasar hambre, bueno, es lo normal. Si en todo el mundo pasa hambre quien no tiene la posibilidad de tener una posición económica sólida, como dicen ellos.

Entonces creo que tenemos que dar una pelea porque tenemos una oportunidad. Este gobierno, así como fue rápido para generar una serie de medidas de alto impacto sobre los sectores populares, también es cierto, que puso en movimiento una serie de variables económicas, que no le va a permitir levantar cabeza como ellos querían en el tiempo que lo necesitan para ganar la próxima elección. Y si hay resistencia popular, menos lo van a poder hacer.

Un ejemplo concreto. Ellos necesitaban el aumento de las tarifas para que dentro aproximadamente de un año, poco menos de un año, cuatro meses antes de la elección, la cosa hubiese pasado y se hubiesen acomodado los dolores de ese ajuste con las luchas que hubo acá en Esquel, en otras partes, se ha logrado trabar ese mecanismo. Estos meses que están perdiendo para ellos son terribles. Porque van a llegar con la secuela del tarifazo y la crisis económica hasta muy cerca de la elección. Ellos pensaban hay que pegar fuerte ahora para dentro de ocho meses empezar a aflojar la cincha, hacer campaña tranquilos durante tres o cuatro meses antes de la elección y volver a ganar. Y de ahí a la reelección. Ésta es la idea que tienen ellos y nosotros debemos impedir que esto ocurra.
Ahora, esto no se va a lograr con una alquimia electoral. Si no hay resistencia popular, si no hay luchas populares, es muy difícil parar este engranaje y esta picadora de carne que es el ajuste de Macri.

Y en eso estamos mal. Habíamos arrancado con mucha expectativa cuando logramos el acto del 29 de abril y la Ley Antidespidos. Eso fue muy importante. Las cuatro centrales logramos la única ley que se votó en el Congreso en contra de la voluntad del señor Macri fue la Ley Antidespidos. Y agarró la ley, hizo un bollito y lo tiró al tacho de basura. Luego de eso tendría que haber venido el paro nacional de las cuatro, cinco centrales. Hasta por una cuestión de orgullo corporativo. A nosotros que nos gusta tanto hablar de que el sindicalismo nunca se tuvo que arrodillar, que está bárbaro, está bien, es la historia y la debemos defender. Ahora éste era el momento de demostrarlo.
Resulta ser que Macri llamó a algunos dirigentes a la Casa Rosada, y no se sabe por qué o si se sabe por qué, pero no lo vamos a decir acá, porque no tiene sentido. Creo que hay dirigentes sindicales que apuestan a ser oficialistas de un gobierno que no quiere sindicalismo oficialista. Es un problema, porque éste no es un gobierno como el de Menem que quería captar una parte del sindicalismo para seguir con la liturgia, porque venía del peronismo. A Macri le importa dos carajos, hablando mal y pronto. El sindicalismo, el movimiento sindical. La vez que se tuvo que sacar una foto con Perón lo hizo porque estaba en campaña electoral, y me imagino que habrá tenido que ir al psicólogo un par de veces para poder resolver su problema de identidad. Ya creo que lo resolvió, lo está demostrando.

Entonces, éste es un gobierno al que no le interesa un sindicalismo oficialista. Y en el movimiento sindical, lamentablemente, hoy lo están discutiendo en la CGT. Porque hay una parte que quiere una CGT disciplinada porque “tenemos la gran oportunidad de empezar a ser un país serio”. Hay dirigentes sindicales que piensan eso. Ésos son los que operaron en contra de la posibilidad de que el movimiento sindical, después del acto del 29 de abril pudiera tener una actitud digna, que hubiese fortalecido mucho. Porque haber agachado la cabeza luego del veto a la Ley Antidespidos fue una manera muy indecorosa de reconocerle a Macri una posibilidad de disciplinamiento sobre la clase trabajadora, dirigencia que no interpreta lo que hay abajo. La gente hubiera ido al paro y hubiésemos ahorrado tres meses de penurias como las que estuvimos viviendo desde que pasó eso.

Creo que éste es el momento en que debemos salir y tratar de construir un paro nacional. Por supuesto después de los del 29 de abril, un paro nacional tiene que ser de las cinco centrales, de todos. Ahora tenemos tres vertientes de la CGT y las dos CTA. Bueno, un paro nacional tiene que juntar todo eso. Porque si no lo hacemos así, vamos a ir a una pelea, donde creo no vamos a tener la fuerza necesaria como para plantar bandera. Por eso estamos haciendo la Marcha Federal.

La Marcha Federal la hacemos porque sabemos que hay en Esquel, Bariloche, Mendoza, Rosario, Comodoro, en los distintos lugares, hay un pueblo que se está movilizando. La Marcha Federal lo que hace es juntar esos pedacitos, no inventa nada. No venimos a inventar acá la Multisectorial contra el tarifazo. Ya existe. Esa lucha ya está. Lo que tratamos de hacer con la Marcha Federal, es tratar de juntar esos pedazos y expresarlo en una sola movilización, simbólicamente. Por supuesto, porque si tuviésemos el dinero para pagar los micros que haría falta pagar para llegar hasta Buenos Aires, la cosa sería distinta. Pero bueno, hay que hacerlo apostando, a reconstruir simbólicamente la unidad del campo popular.

Por eso en la marcha vamos a estar algunos sindicatos de la CGT, de la Corriente Federal, los que están vinculados a las regionales, las regionales de Córdoba y Rosario, casi todos los sindicatos. Pensamos en la Marcha Federal porque es más fácil juntar por abajo a la CGT y a la CTA que por arriba. Allá, en Buenos Aires, el aire que se respira está muy contaminado, entonces el peso de los aparatos incide para que cuando uno quiere juntar, sea más difícil juntar. En cambio, en las provincias, la cosa fluye, se da de otra manera y los compañeros y compañeras de la CGT y la CTA se pueden juntar en un conflicto. Eso ya está ahí, abajo, en movimiento. Entonces vamos con la Marcha Federal por eso.

Es como querer pasar el brazo por todo el país, juntar los pedacitos y llegar a la Plaza de mayo. Primer movimiento que vamos a hacer, por eso hablamos de la Primer Marcha Federal, porque pensamos que va a haber muchas marchas federales, y cada vez más fuertes, cada vez más intensas, cada vez golpeando más fuerte. Porque necesitamos además una oposición que hoy no existe. Porque en términos políticos estamos en una crisis grande. Está claro que el kirchnerismo se redujo a una expresión que no tiene capacidad de constituirse con iniciativa y con mayoría; el justicialismo está tratando de redefinir qué es y para qué lado va. Hay sectores, como el de Sergio Massa, que juegan, a nuestro modo de ver, como la rueda de auxilio del macrismo Y esto es una crisis. Para nosotros, que necesitamos construir una alternativa, evidentemente hay una tarea por delante. Pero no es la nuestra. Nuestra tarea indelegable, es construir la resistencia en el terreno social, por eso estamos al frente de una Central; por eso formamos parte de organizaciones sociales, políticas. No nos desligamos de lo otro, pero nuestra tarea primordial, hoy es esa.

Si esta gente no choca contra la resistencia popular, si solamente choca contra su propia inutilidad, que es lo que está pasando ahora; contra su propia voracidad, contra su propia incapacidad de gobernar, porque están acostumbrados a manejar empresas y engullir. Lo único que saben es meter para adentro y eso les genera problemas. Pero hasta ahora los problemas más grandes que han tenido que enfrentar son los que surgen de su propia incapacidad, inmoralidad, o de la manera banal que tienen de pensar lo que es el gobierno de un país.

Ahora hay que construir las condiciones para que choquen contra algo más sólido, más fuerte, que les impida seguir avanzando. Eso es el movimiento social, el movimiento obrero, el movimiento popular. Cuando choquen contra eso, una, diez, veinte veces, ahí empezará otra historia distinta en el país. Eso es lo que tenemos que construir.

Gracias y fuerza en la Marcha Federal.

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