Foto y texto India Rodríguez- Entrevista a Jorge Bidón Chanal, director del Coro Quiero Retruco integrado por ex presos políticos, montoneros y “perros; también militantes de DDHH y hasta una hija de desaparecidos

Partido de Vicente López y la Estación Padilla. Es la hora azul y desde la esquina se siente música y una guitarra y una voz recita a Yupanqui: “Si, la tierra señala a sus elegidos. Y al llegar al final, tendrán su premio, nadie los nombrará, serán lo anónimo… pero ninguna tumba guardará su canto…”. Callecitas y aire de provincia. En la puerta nos recibe Chirusa, la perrita negra de porte aristocrático, pese al nombre. Adentro el hombre espera y la conversación fluye, mate mediante.

Mi nombre es Jorge Chanal o lo que queda de él. En realidad me llamo Jorge Bidon Chanal. En una época que anduve rajado empecé a usar el Chanal solo. Después me gustó, desde ahí soy Chanal y punto. Mi familia paterna, eran dirigentes medios del Partido Comunista, como Susana Brunetti, donde hasta el perro era comunista. En mi familia eran todos PC.

¿Qué hace?

Dirijo coros desde el año ’76. Con mi hermano, Daniel, desaparecido, y dos primos más teníamos un grupo, Folk 4 se llamaba. Cuando todo empezó a poner feo, por el repertorio que hacíamos y donde nos movíamos, llegó un momento en que ya no podíamos actuar. Recuerdo que grabamos un long play que nunca salió. ¿Qué repertorio hacíamos? Hacíamos folklore popular, muy revolucionario. Soy músico de alma, todos estábamos en la Federación Juvenil Comunista, entonces los agarraba y los hacía cantar. Empezamos cantando en las fiestas de la “Fede”, eso se fue desarrollando y empezamos a trabajar con el grupo. Pero estábamos muy marcados y era una época que, buenos… dejamos de cantar. Yo empecé con los coros como una salida para trabajar. Hoy es mi profesión.

- Dijo de un hermano es desaparecido.

Sí. En el año `78 desaparece mi hermano.

¿Militante del PC?

No. En el `67 cuando se divide el Partido, Daniel se va con la facción, con el PCR y termina en el ERP. Era combatiente. Cuando el Gallego Victor Fernández Palmeiro, arma el ERP 22 de Agosto, Daniel se va con él. Yo seguía con una pata el PC y otra en los movimientos que andaban por allí . Pero estábamos muy en contacto por que seguíamos tocando juntos, nunca nos peleamos por esto. Con el Gallego fuimos compañeros en la Fede, hasta caímos en cana cuando fuimos a asaltar una armería… Locos fuimos siempre. A mi hermano lo matan. Lo matan el domingo 21 de mayo del `78. Estaba viviendo en una quinta en Las Heras. Venía muy cercado y lo fueron a buscar. Ese domingo Daniel estaba jugando al fútbol. Donde iba enseguida armaba algo con la gente del lugar... De ahí se llevan a él, a su compañera, el hermano de ella y otro muchacho uruguayo. De los cuatro no se sabe absolutamente nada. Por testimonios de la gente a Daniel lo mataron ahí mismo. Nunca pudimos tener la certeza. Los tipos la empezaron a joder a Verónica, la mujer de mi hermano, se puso loco. Lo golpearon y por cómo lo golpearon creen que lo mataron allí mismo. Que sé yo... Esto es parte de lo que estos hijos de puta decidieron. Que nunca sepas qué.

¿Luego de esto cómo sigue su vida?

Para mí la música es inseparable de la militancia, no la puedo separar y tampoco quiero. Mire, he dirigido coros en countries y siempre hice el repertorio que hacía. No igual, pero sí el que consideraba hasta donde podía. Por ahí no hacía las canciones más “zurdas”, pero sí llevaba las canciones del Nuevo Cancionero, Tejada Gómez, Víctor Jara. Los tipos, algunos no lo entendían, les parecían lindas canciones; otros las entendían y se hacían los pelotudos. El maestro era medio comunista... y bueno, era como que quedaba bien. Era eso, nada más que un laburo. Trabajé diez años, todo el Proceso y un poco más. De todos esos lugares no quedó ninguno. No teníamos nada que ver.

- ¿Cúando y cómo aparece el Coro Quiero Retruco?

Que dirija este coro no es una casualidad. Imaginate que mi vieja ya estaba militando en Derechos Humanos. Cuando se lo llevan a Daniel comienza a trabajar en Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas, que es el primer organismo que comienza a funcionar como tal en plena dictadura. Y hace tres años, cuando se hace el brindis de Familiares, fuimos y me encuentro con un santiagueño, ex preso político: Tintina. El había cantado conmigo en un coro hacía unos años y me presentó a Mario Clavel, el Gutí y otros ex presos. Esa tarde comenzaron a contarme lo que era el canto para ellos en la cárcel y vuelve a aparecer aquello de qué es y para qué sirve el canto.

La voz del director se quiebra y Chanal explica: Hace cuatro meses parecía que me moría, me curé de un cáncer de próstata. Por suerte ya está, esta vez no es. Pero estoy muy sensible, un viejo pavo… ¿Por qué decía esto? Ah, sí. Luego de ese encuentro, empezamos a vernos. Trajeron sus cancioneros. unos libracos tremendos con montones de canciones, hechos con una prolijidad, un cariño. Entonces, les dije, muchachos, ahora pueden cantar. Cantemos todos juntos.

¿Qué significaba para los ex presos el canto en la cárcel?

No sólo el canto, también el teatro. Era muy loco por que a veces era virtual. No sé si fue en la Cárcel de Olmos o Rawson, estaba un cura tercermundista. Este cura en el recreo a cada uno le enseñaba la parte de una canción que es para niños y todos la aprendieron, pero no la podían cantar. Pero ellos sabían que tenían un coro...

El canto está dentro…

Claro, con ellos pudimos rescatar la esencia de para qué sirve el arte. En definitiva, de cómo el hombre es libre a través de su expresión. Cuando podían cantar, aunque sea para adentro, eran libres. Esa es la metáfora. Además, ahora, venís de los “montos”, de los “perros”, venís de donde vengas, no importa. Somos todos compañeros. Aquí también canta María, ella es hija de desaparecidos. El papá era montonero. Ella se salvó de pedo Estaba con la mamá y cae la cana. Se llevan a la madre, a María y el hermanito unos años mayor. Los separan, en seguida pierden de vista a la mamá y los tuvieron como unos quince días. Un buen día, uno de los milicos, le dice al hermano: - ¿Querés ir a dar un paseo? Y el pibe, le dice: - Sí, claro. ¿Podemos llevar a mi hermanita? La llevaron. Los llevaron a la casa de la abuela, que la habían ubicado. Por ahí si el hermano no decía eso, andá a saber qué hubiera sido de María. Todas estas historias que nos contamos, atraviesan todo lo que hacemos. Todo eso está, cada vez que cantan

¿Por qué Quiero Retruco?

Por que a ellos les cantaron truco, absolutamente y la idea es quiero retruco. Ahora cuando lo presentamos, decimos: y si hay vale cuatro, quiero. Esa es la idea del coro.

El ejercicio de ser coreuta…

Hay dos concepciones en la dirección coral. La más vieja dice, que el director es un artista y el coro, un instrumento en manos del artista. Suena repugnante. Actualmente, la concepción que hemos tomado unos cuantos es que en realidad lo que hace el director, es coordinar, por que se trata de un artista colectivo. El canta mejor y el que menos, son igualmente importantes. El que canta maravillosamente bien, tiene que aprender a que su voz no sobresalga.

- ¿Se logra?
Da un trabajo, bárbaro, pero sí. En este grupo eso no existe y si alguno lo tiene, entre todos se lo bajan muy rápidamente. Por que la gente se educa en la función social del coro que es un todo, es una forma de vida. Aquí la idea es que cada uno sepa por qué hace esto y desde allí aporte. Es la misma concepción que tenemos de la vida, de la revolución o lo que sea.

Es llamativo esto de mezclar la estética y la política. ¿Cuál es su balance?

En los años ’70 estaba en la Comisión Artístico Literaria del PC y entre los que la integraban estaba Raúl González Tuñón. Una vez se armó una discusión sobre estética y él, Tuñón, dijo algo maravilloso: “Tu poesía va a ser revolucionaria si la revolución forma parte de tu vida íntima”. No hay que proponérselo, te sale si lo vives dentro tuyo y si no, vas a hacer un panfleto. Es muy difícil. En realidad, digo difícil pero es fácil: es cuestión de ser riguroso con uno mismo.

Portada del sitio || reportajes || Entrevista al director de un coro setentista