La segunda vuelta electoral a realizarse el próximo 22 de noviembre establece un punto de inflexión en la política nacional. Antes que una disputa entre candidatos, lo que está en juego es el modelo de país que esperamos para los años venideros.

Somos un conjunto de Delegados, militantes, afiliados de ATE CONICET Y MINCYT, y como trabajadores del Estado en el área específica de la Ciencia y la Tecnología conocemos los avances que el actual proyecto político logró en materia de políticas públicas destinadas al desarrollo científico tecnológico. Desde el incremento en la cantidad de recursos humanos, en el presupuesto público destinado a salarios e infraestructura, hasta la jerarquización institucional con la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. A lo largo de estos 12 años fue una prioridad que se tradujo en acciones concretas gracias a la decisión política de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

En cambio, poco conocemos sobre la gestión de Macri en la Ciudad de Buenos Aires. En lo respecta específicamente a Ciencia y Tecnología muestra que el punto más alto de su rango institucional es el de Dirección General de Ciencia y Tecnología dependiente de una Subsecretaría (ni siquiera Secretaria) reportando al Ministerio de Desarrollo Económico. Este estatus tiene su correlato en el presupuesto de la Ciudad en el que, lejos de acercarse al cumplimiento de la Ley 2.511 de Ciencia, Tecnología e Innovación de la CABA que establece un presupuesto anual no inferior al 1%, del presupuesto total se destina apenas el 0,001%.

El pasado 10 de septiembre en ocasión del Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), donde participaron responsables de Ciencia y Tecnología de distintas fuerzas políticas, el Director de Ciencia y Tecnología de la Ciudad y referente de la materia en el PRO Carlos Melo, planteó sin tapujos la necesidad de que el MINCYT tenga una estructura más ágil en la que el ministro pueda involucrarse más de cerca con las acciones. Acto seguido, la filmina indicaba la eliminación lisa y llana de Secretarías y Subsecretarías conformadas actualmente.

Coherente con ello vale la pena recordar las expresiones de Macri respecto a INVAP y al desarrollo satelital argentino. “Hay mucho despilfarro. Nunca vi un gobierno que malgaste tanto los recursos. Hacen empresas tecnológicas que no hacen falta, se generan empresas satelitales que no funcionan”.

En algo no mienten y es que proponen un CAMBIO y si cambiar implica hacer lo que hacen en Ciudad, la pregunta que debemos hacernos todos es si nosotros no estamos incluidos en ese cambio. La experiencia de la Ciudad muestra a las claras como se redujeron los puestos de trabajo y como se desactivaron áreas enteras de trabajo, muchas de ellas, resortes claves para mantener políticas activas de protección y de desarrollo económico y social autónomo.

No podemos dejarnos engañar por las propuestas de cambio que no explicitan nada. Como tampoco somos ingenuos, viendo como algunos funcionarios sin definición, pretenden que la híbridez pase desapercibida. O son parte de una gestión, o que se vayan!

Compañeros, detrás del cambio venimos nosotros, cuidemos lo logrado, debatamos todo lo que haya que debatir pero no rifemos el futuro. Apostemos a consolidar lo hecho al cabo de estos 12 años que no es poco y que nos permitió recuperar la dignidad arrebatada por las políticas neoliberales que hoy tienen en el PRO a su más fiel exponente.


¡A no dudar! Este 22 de noviembre:
DANIEL SCIOLI PRESIDENTE- CARLOS ZANNINI VICEPRESIDENTE.

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