Las modificaciones
sobre el impuesto a las ganancias significan un avance para toda la clase trabajadora y en particular una conquista de quienes sostuvimos la necesidad que la modificacion de este impuesto se dieran en el contexto de un avance hacia un sistema tributario más progresivo en la Argentina, en el que paguen más los que más tienen. Es importante haber incorporado como parte de la solución, el impuesto sobre la renta financiera. Significa que además de resolver el tema de ganancias hoy tenemos un sistema tributario más justo.

Mención a parte merece el hecho de la suspicasias de los sectores interesados en erosionar al gobierno y de construir la imagen de una Presidenta arinconada contra las cuerdas, que no tiene iniciativa ni capacidad para responder a las demandas populares. Cuando nos dimos cita en Rió Gallegos, muchos planteaban que era una foto de familia, una foto de postal pre -electoral y que nos dábamos cita para ver como caía la nieve. La realidad demostró que este ámbito tripartito, que por primera vez se puso en marcha en la Argentina, resultó ser una instancia adecuada para discutir y empezar a resolver temas de la agenda pendiente.

También demostró que la convocatoria a los distintos sectores permite poner en debate la definición del rumbo de las políticas sociales y económicas, que en la década de los 90’ se resolvían en los despachos alfombrados de los ministros de Economía, quienes casi siempre accionaban en función del apriete de los poderosos de turno. Esta versión del tripartismo, con un gobierno que es capaz de poner en la discusión a todo su gabinete con empresarios y trabajadores, dispuestos cada uno a llevar su agenda, a confrontar caminos y propuestas y a asumir las decisiones que se toman, es un salto cualitativo hacia la democracia que nosotros queremos consolidar.

Creemos que no solamente se resolvió una demanda pendiente sino que además, se inauguró un camino distinto y de calidad superior en términos institucionales hasta ahora transitados. Nos permite abordarnos en temas que son claves, para mitigar las grandes desigualdades y las brechas que todavía existen, inclusive dentro del mapa de la clase trabajadora. Esa postergada urgencia social, que era discutir y resolver la situación de los trabajadores no registrados, empieza ahora a ser parte de una agenda, que también tendrá resolución a medida que sigamos avanzando y que este ámbito tripartito genere respuestas. Sentimos que avanzamos por el camino correcto y que demostramos que cuando los gobiernos tienen sensibilidad y capacidad de incorporar las demandas de los trabajadores, se pueden construir políticas públicas, cambios y conquistas sociales con la participación de los trabajadores.

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