El jueves 30 de noviembre se convocó al plenario de las comisiones de Ciencia y Tecnología y de Industria y Comercio que tuvo lugar en el Senado de la Nación, bajo la coordinación de los presidentes de cada comisión, Omar Perotti y Alfredo Luenzo, respectivamente. En el encuentro se dieron cita representantes de las principales cámaras y asociaciones empresarias y del trabajo de nuestro país para exponer sus perspectivas sobre un futuro Acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.
Allí estuvieron representantes de la CGT Y la CTA, quienes expresaron su preocupación por las condiciones en las que se daría dicho Acuerdo. Por esta Central asistió el director de la Secretaría de Relaciones Internacionales, Andrés Larisgoitia.
En su intervención, Larisgoitía señaló respecto de la importancia del sector trabajador en la discusión de un tratado de libre comercio: “Nosotros no estamos preocupados ahora. Venimos haciendo seguimiento de este tema desde hace muchos años, pidiendo ser tomados en cuenta como actor fundamental del proceso productivo. No somos un agente convidado, somos un actor así como lo es el sector industrial y las pymes. En ese sentido, nosotros hicimos un acuerdo con los trabajadores de la Unión Europea, representados en la Confederación Europea de Sindicatos y a través de la articulación con la Coordinadora de Centrales Sindicales representamos al conjunto del mundo del trabajo en un proceso de asociación solicitando que se nos escuche como un actor, porque representamos al mundo del trabajo. En marzo después de mucha insistencia logramos la primera reunión con los negociadores como actores. Se nos prometieron muchas cosas. Ahora, como yo digo siempre, nos invitan a tomar café. Nosotros no queremos tomar café. Queremos la información después de varias reuniones que pudimos tener, no llegamos a la información”.
En ese sentido, Larisgoitía enfatizó: “Entendemos que se pueda aplicar una cláusula de confidencialidad y que hay procesos que no pueden ser completamente abiertos porque pueden dificultar las negociaciones. Pero una cosa es la confidencialidad y otra cosa es el oscurantismo y acá lo que hay es oscurantismo. Hay cuatro delegados oficiales que negocian y no consultan a nadie. Parcialmente nadie tiene la integralidad del acuerdo”.
Por otra parte, en su alocución Larisgoitía se mostró preocupado por los sectores que pueden ser más desfavorecidos por este Acuerdo: “ Reconocemos que un sector pueda perder, pero ¿qué significa que un sector pierda? Hay un compromiso del Estado de atender a ese sector, de reconvertirlo. Si el análisis técnico nos da que determinado sector no es viable, ¿qué hacemos con ese sector? Si es inviable, ¿que desaparezca? No, tiene que haber políticas integrales que respondan a un proceso de equilibrio donde no perdamos todos. Si algún sector se tiene que reconvertir eso implica políticas publicas, presupuesto para ver cómo se reconvierte, cómo se integra y cómo crecemos todos juntos. Un acuerdo tiene que ser un acuerdo de integración, no un acuerdo de libre comercio”.
Y hacia el final el director de Relaciones Internacionales agregó: “Lo último que quiero decir es que somos muy críticos de la actitud negociadora. Ya vivimos esto hace unos años y hoy estamos discutiendo de vuelta un acuerdo de libre comercio. Este y otros países tuvieron una respuesta histórica en el 2005 que fue decir que el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) no era un proyecto viable. Nos paramos y pudimos frenar ese proyecto. Hoy estamos con algo que es peor al ALCA. Le exigimos a los negociadores que defiendan los intereses de nuestra región”.
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