Una vez más a contramano de la historia, Moyano, Micheli, Bussi y Barrionuevo convocan a movilizarse a Plaza de Mayo el 19 de diciembre. Lejos estuvieron estos personajes de participar de la rebelión popular de diciembre del 2001 contra el estado de sitio y las políticas neoliberales de De La Rúa, continuadoras del menemismo y de Cavallo como ministro de Economía.

Ahora Micheli sostiene: “...Con el Gobierno que se dice Nacional y Popular hay que ser más duro que con el que se sabe es neoliberal...”. No creemos que esta mirada política sea el fruto de debate en las Asambleas de los Trabajadores, muy por el contrario, nos parece funcionales a la estrategia de la tensión destituyente elaborada por los grandes grupos económicos y transmitida desde la ideología del Clarín y La Nación. Ahora más cargados de odio que nunca porque se les cayó la cautelar, porque en breve nos devuelven la Fragata Libertad y porque el 9 de diciembre más de 800.000 compañeros y compañeras se movilizaron desde todo el país para reafirmar las libertades democráticas y reivindicar los juicios a los genocidas en una verdadera jornada de memoria, verdad, justicia y alegría popular.

Una vez más van a la cola de los grupos económicos y de los políticos de derecha que intentan horadar el apoyo popular a la presidenta Cristina.

No nos sorprende Micheli cuando sostiene que aquellos que llamaba sindicalistas empresarios “no son de derecha, tienen plata”; ¿de dónde cree Micheli que sus amigos colaboracionistas de las patronales, o empresarios ellos mismos, sacan la plata? ¿de trabajar horas extras?

Por otro lado, la Sociedad Rural los sale a bancar porque son los que tienen la hegemonía política de la oposición, son los que intentan acumular fuerzas para su estrategia de la tensión destituyente, son los mismos que pintaban “Viva el Cáncer” y/o “Néstor, llevate con vos a la yegua montonera”. Los trabajadores no nos engañamos, no vamos a ir con los que bancaron la Mesa de Enlace apoyando el lockaut patronal sojero, no vamos a ser funcionales a una política que no tiene que ver con los intereses de la clase trabajadora.

Por esto: ¡No nos movilizamos el 19 de diciembre a la Plaza de Mayo!

En un marco en el que los trabajadores venimos construyendo un lugar como clase, disputando espacio en un proyecto democrático, nacional, popular y latinoamericanista. La suerte esta echada, la unidad de la clase trabajadora se da en el marco del Frente Nacional que conduce Cristina. Lo hacemos desde la autonomía, pero sin neutralidad, cuando la oligarquía ataca nuestras conquistas recuperadas ganamos la calle para defenderlas. Vamos entonces por más democracia, más distribución de la riqueza, más movilización popular, como sostiene la CTA de los Trabajadores de la Argentina.

En este camino debemos darles armas ideológicas, políticas y prácticas a nuestra esperanza. Debemos tener firmeza en nuestra lucha contra la oligarquía y el imperialismo, y darle estrategia a nuestra larga marcha hacia la liberación nacional y social, construyendo una CTA grande como lo estamos haciendo con la victoria de los metalúrgicos de Villa Constitución, de los aeronáuticos de APA, SUTEBA Quilmes, y como en el Ministerio de Defensa, donde ganamos la junta interna de ATE.

A quienes pretenden detener la historia, tapar el sol con las manos y eligen como aliados a los enemigos históricos de los humildes, les recordamos el pensamiento vivo de Evita: "Dirigentes obreros entregados a los amos de la oligarquía por una sonrisa, por un banquete o por unas monedas. Los denuncio como traidores entre la inmensa masa de trabajadores de mi pueblo y de todos los pueblos. Hay que cuidarse de ellos. Son los peores enemigos del pueblo porque han renegado de nuestra raza. Sufrieron con nosotros pero se olvidaron de nuestro dolor para gozar la vida sonriente que nosotros les dimos otorgándoles una jerarquía sindical. Conocieron el mundo de la mentira, de la riqueza, de la vanidad y en vez de pelear ante ellos por nosotros, por nuestra dura y amarga verdad, se entregaron. No volverán jamás, pero si alguna vez volviesen habría que sellarles la frente con el signo infamante de la traición. Peor aún son los que, provenientes de ese pueblo, lo traicionan, lo abandonan, lo venden, lo usan como moneda de cambio. Peor que un oligarca es un traidor a su clase".

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