En el marco de conmemorarse 12 años desde el rechazo regional al proyecto económico y político estadounidense conocido como ‘Área de Libre Comercio de las Américas’ (ALCA), IDEAL-CTA celebró en la sede de la central un encuentro para mantener vigente el debate en torno a la necesidad de la integración de los países de Nuestra América.

El panel contó con la presencia de Oscar Laborde, parlamentario del Mercosur y director de IDEAL-CTA (Instituto de Estudios de América Latina de CTA); Hugo Yasky, secretario general de CTA y diputado nacional electo; Jorge Taiana, parlamentario del Mercosur; el profesor Emir Sader, de Brasil, y Carlos Eduardo Martínez Mendoza, embajador de Venezuela en Argentina. También dirigió unas palabras a los presentes Carlos Tomada, legislador porteño y jefe del bloque del Frente para la Victoria en la Legislatura porteña y ex ministro de Trabajo de la Nación.

“Es un encuentro de recordación y de reflexión”, definió el titular de IDEAL-CTA, Oscar Laborde, luego de los saludos de bienvenida. “En este momento en Argentina tenemos el frenesí librecomercial de (Mauricio) Macri, presidiendo el G20 el año que viene, intentando ingresar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) con graves consecuencias, haciendo un acuerdo con Chile con cierto secretismo, promocionando los intereses argentinos en el acuerdo Mercosur - Unión Europea”, describió Laborde y agregó: “Queremos reflexionar sobre cuáles son las responsabilidades del movimiento popular para que a 12 años de ese momento, estemos en éste. Y sobre todo queremos ver cómo continuar”.

Con integrantes de la Mesa Nacional de CTA presentes en el patio del edificio de la central, comenzó su disertación el secretario general Hugo Yasky, quien se refirió a lo que significó ese rechazo popular al tratado de Libre Comercio de las Américas. “Fue el inicio de una etapa en la que se profundizan, por un lado, el hostigamiento que va preparando el imperialismo yanki, que sale herido de ese encuentro en el 2005; y, por otro lado, el avance de las políticas populares en una región de nuestro continente”.

“Hoy estamos en un punto en que no queremos hacer una especie de encuentro para dar rienda suelta a la nostalgia. Queremos mirar este presente de América Latina, desde la perspectiva que nos permita retomar el avance de los sectores populares, la construcción de las correlaciones de fuerzas que nos permitan recuperar en América Latina el poder político, económico, de la convocatoria; el poder que significa construir otra vez gobiernos de carácter popular”, subrayó el secretario general de CTA de los Trabajadores.

Por su parte, el embajador de Venezuela en Argentina, Carlos Eduardo Martínez Mendoza, trajo los saludos fraternales del mandatario bolivariano Nicolás Maduro y se refirió a dos planos de análisis en retrospectiva de lo que significó el encuentro en Mar del Plata en 2005. Uno en el ámbito de lo simbólico y otro en la praxis. “En el plano de lo simbólico, no tengo la menor duda de que Mar del Plata representó un hecho que nos ratificó la posibilidad cierta de tener independencia para una toma de decisiones colectiva en la región. Y además, sembró de posibilidades de decisión de los liderazgos políticos de la región acompañados del pueblo, como una expresión multitudinaria”.

También Martínez Mendoza se refirió a la importancia de la presencia de líderes populares como Diego Armando Maradona como una “genuina expresión, por su origen popular, de lo que somos los pueblos”. Y otro aspecto simbólico que destacó es la importancia de haber logrado movilizar amplios sectores de la sociedad. “Parar el ALCA era una necesidad imperiosa para la región pero no solamente eso, sino que también permitió movilizar liderazgos regionales”.

Respecto del plano de análisis de la praxis política, el embajador venezolano definió: “Mar del Plata significó fehacientemente la posibilidad de una unión verdadera de toda la región. Y eso se vio reflejado también luego del 2005 ante las amenazas que sufrimos en la región”.

A continuación, tomó la palabra el parlamentario del Mercosur, Jorge Taiana, quien en el 2005 fue coordinador nacional de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, y, como lo definió Laborde, fue protagonista primordial de todo el proceso, ya que se desempeñó también como vicecanciller. “Esa Cumbre tuvo como uno de sus ejes centrales volver a poner al trabajo en el centro del debate nacional e internacional. El trabajo en los 90 había estado ausente, el ’trabajo decente’ como lo llamaba la OIT (Organización Internacional del Trabajo), no como el trabajo precarizado o el invisibilizado que esos sí nos lo habían mostrado los 90. Carlos (Tomada) tuvo una labor importantísima, no sólo de apoyo a la Cumbre sino de apoyo previo en la reunión de Ministros de Trabajo del hemisferio, al hacer que ese tema, el del trabajo volviera a estar en el centro del escenario, por la idea de que el trabajo es el gran organizador de la sociedad y que ese era el tema central que teníamos que plantear desde la Argentina”.

Además, Taiana agregó: “La Cumbre fue la culminación de un proceso que impulsó Estados Unidos, que impulsó primero (George Herbert Walker) Bush padre y que después siguió (Bill) Clinton y que terminó fracasando con (George Walker) Bush hijo. Fue una propuesta sobre un tema muy importante, una propuesta de respuesta al fenómeno de la globalización, de mundialización, que se hace muy manifiesto con la caída del muro. El acierto de la propuesta es ’hay globalización, estamos en un mundo nuevo, hay que agruparse’. Lo que dice Estado Unidos es ’agrúpense todos los de la región detrás mío y vemos’. A cambio de nada especial. Ellos nunca ofrecen nada en beneficio. Pero lo que tiene de correcto esa caracterización es la necesidad de agruparse regionalmente para enfrentar este mundo que es todavía el que hoy vivimos”.

El profesor Emir Sader, luego de describir la situación en Brasil tras el golpe parlamentario que destituyó a la presidenta Dilma Rousseff, reflexionó en torno a la necesidad de conversar mucho para poder hacerle frente a la contraofensiva en la región y celebró el debate. “Que estos encuentros sean un punto de partida para hacer un balance, un análisis de nuestros errores. No podemos perder. La izquierda no tiene el derecho de perder. Estamos defendiendo ideas justas, solidarias. Comparando unas con otras, es avasallador. Nadie se puede imaginar en un debate televisivo con cualquiera de los candidatos aunque fuera (Fernando Henrique) Cardozo. El discurso nuestro es tan claro, tan evidente, con comprobaciones concretas de lo que se ha hecho. Nuestras ideas tienen una fuerza enorme. Debemos encontrar la manera de reformularlas, contraponerlas y desarticular el discurso dominante hoy día, todavía, que les permite avances políticos. Seguramente Evo (Morales) va a seguir. El Frente Amplio se recompone. En Venezuela se está dando vuelta el momento más difícil en lo político. Podemos dar pasos significativos, pero tenemos que conversar mucho, muy honestamente, sinceramente sobre nuestros errores, debilidades, por qué hemos permitido desarticular los gobiernos más virtuosos de nuestra historia y cómo podemos recomponer para avanzar, estar a la altura de quienes hace 12 años nos dieron ese ejemplo extraordinario”.

Por último, el jefe del bloque del Frente para la Victoria en la Legislatura porteña y ex ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, se refirió a la consigna que escogió Néstor Kirchner para representar a la Argentina en la Cumbre de los Pueblos en la ciudad balnearia: ’Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática’. “Nos hace pensar de dónde veníamos. Porque en todas las cumbres anteriores siempre se había optado por consignas que tenían que ver más con lo económico y lo financiero. Y por primera vez aparece la cuestión del empleo y del trabajo que además es un tema que en materia de acuerdos de libre comercio, siempre implican en un 95 % un ataque a los derechos de los trabajadores de cada uno de los países”. Además, trajo como recuerdo una anécdota en relación a la importancia de poner al trabajo como eje central: “En la primera reunión del G20, después de la crisis financiera internacional del 2008, en los documentos se planteó que la única respuesta que le habían dado los países para restablecer el empleo que se había perdido como consecuencia de la crisis, era la flexibilidad laboral y los dos presidentes que se negaron a firmar ese documento fueron Lula y Cristina Fernández de Kirchner, y a raíz de eso y por varios años más la flexibilidad no apareció como la gran solución para los problemas del mundo del trabajo”.

Asimismo, Tomada destacó: “Pensando en la Argentina, hoy vuelve la flexibilidad laboral a estar en la agenda gubernamental, después de 12 años que no existió en ninguna de sus formas, y se impugnó ese concepto, ese principio y me parece bastante sintomático, si pensamos ahora la misma consigna de Néstor, la de crear trabajo para erradicar la pobreza y fortalecer la democracia, uno no puede dejar de pensar que esta ofensiva que estamos viviendo en la Argentina en contra del trabajo, los derechos de los trabajadores, es precisamente un ataque a la democracia, y un aumento de la pobreza como resultado inexorable, por eso el sentido en aquel momento toma más vigor hoy, porque es lo que estamos viviendo hoy en la Argentina, la posibilidad de que se ponga en riesgo la democracia, la seguridad de que estamos elevando los niveles de pobreza y que estamos retrocediendo en algo que también tiene que ver con lo que decía el compañero embajador de Venezuela, que es la política. El tema de laborizar la política, fue producto de estos 12 años. La cuestión del trabajo está en el centro de la política, en el mundo, en la Argentina”.

Por último, señaló: “Esos 12 años, con todos los avances y las tareas inconclusas, nos obliga y nos compromete a todos a tener que trabajar por una unidad, por un mantenimiento de los vínculos entre todos nuestros países, entre los movimientos sindicales, sociales, políticos. No tenemos que ceder en ese territorio. Es imperioso para volver a reconstruir ese sueño interrumpido, esa posibilidad de que otra vez la América Latina sea esa región de futuro, de esperanza, de trabajo. Otra vez que los pueblos vuelvan a mirarse a la cara como no se miraban desde la gesta emancipadora, como lo fue en estos 12 años. Lo vamos a lograr si además, seguimos nosotros trabajando, todos juntos, como se ha hecho en el día de hoy”.

Intervención completa de Hugo Yasky secretario general de CTA de los Trabajadores:

“Hace doce años estuvimos en las calles de Mar del Plata, en un momento en el que, como decía Evo, se dio esa conjunción que se da muy pocas veces en la historia, en que los presidentes hablan exactamente el mismo lenguaje que sus pueblos. Creo que fue el inicio de un proceso, etapa, en la que se profundizan dos cosas. Por un lado el hostigamiento que va preparando y profundizando el imperialismo yankee que sale herido de ese encuentro del 2005 y por otro lado el avance de políticas populares en una región de nuestro continente, que cuando uno hace el balance, incluso viendo las propias cifras estadísticas de organismos internacionales que no tienen nada que ver con los gobiernos populistas, el balance es positivo..

Fueron del 2005 al 2015, prácticamente una década de conquistas, de enfrentar permanentemente el hostigamiento de los grupos del poder fáctico que habían quedado desplazados en ese escenario en el que el rechazo al Alca fue votado por los presidentes de América Latina.

No fueron diez años fáciles, sencillos, no fue caminar sobre un lecho de rosas. Hubo varios intentos de desestabilizar a posteriori de eso, a distintos gobiernos de América Latina. Hubo un hostigamiento permanente, corridas cambiarias, golpes financieros, alzamiento de fuerzas policiales en varios países de América Latina, provocaciones, todo lo que forma parte del arsenal desestabilizador de los grupos de poder.

Pero fueron 10 años de avance. Hoy nosotros estamos en un punto en que nos negamos, no queremos hacer una especie de encuentro para dar rienda suelta a la nostalgia. Queremos mirar este presente de América Latina, desde la perspectiva que nos permita retomar el avance de los sectores populares, la construcción de las correlaciones de fuerzas que nos permitan recuperar en América Latina el poder político, económico, de la convocatoria, el poder que significa construir otra vez gobiernos de carácter popular.

Hoy estamos viviendo un momento en que hay un reflujo, en algunos de nuestros países de luchas populares, en otros se sostiene la construcción y el avance del pueblo. Desde los países que todavía están sosteniendo en alto y firmemente la bandera de la liberación de nuestro continente, como Venezuela.

En todo caso lo que pretendemos en pensar este presente en clave de un futuro en el que la construcción de las luchas populares tenga la posibilidad de significar avances que permitan recuperar el terreno perdido.

Por delante un desafío inmenso que es recuperar la construcción de esa unidad de América Latina. La Patria Grande sigue adelante, siendo, antes que nada un mandato para todos nosotros. Y por otro lado, además de un mandato, una certeza, no hay posibilidades de sostener experiencias populares, democráticas, en un mundo en que hoy, la oleada del neoliberalismo y de la derecha cobra dimensiones prácticamente planetarias, no hay posibilidad de enfrentar eso, sino somos capaces de construir el entramado de unidad que permita que América Latina no sea tal o cual país intentando una experiencia de corte popular, sino un continente construyendo la propia posibilidad de su existencia. Porque se trata de eso, de definir la propia posibilidad de nuestra existencia, negada desde el nacimiento de nuestra historia, no solamente por el colonialismo, el imperialismo, ahora, sino también por las oligarquías locales, que sueñan definitivamente para enterrar para siempre la posibilidad de esa independencia, que sueñan definitivamente con convertir América Latina en un patio trasero arrasado por las políticas de las oligarquías en sociedad con los dueños del poder y de la hegemonía mundial.

Es el gran desafío que tenemos por delante. Como decimos siempre, la última palabra no está dicha, ni mucho menos. Tenemos la posibilidad de recuperar no solamente el terreno perdido, sino pensar a futuro gobiernos populares, que sean capaces de consolidar esa transformación emancipatoria en la que fijaron la vista Chávez, Néstor Kirchner, Lula, y por supuesto todos aquéllos que desde la entraña de nuestro pueblo, creímos que en el 2005 decirle No al Alca era el camino correcto, y creemos en el 2017 que ése mandato inconcluso nos tiene que marcar el nombre, el futuro y el presente de estas luchas”.

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