Yo me recibí en la universidad publica y viví lo que fue toda aquella época de políticas neoliberales de sobre endeudamiento externo, de falta de trabajo.

Me acuerdo que en el 95 cuando yo me recibía vino la crisis del Tequila que fue una crisis menor que la que hoy se está viviendo en el mundo pero que a la Argentina la partió al medio. Entonces llegamos a tazas de desempleo del 15 porciento y después del 18 porciento para los jóvenes, altísimas que terminó obviamente con ese 25 porciento de 2001. El Alca era un proyecto que se pergenió en el 94 en la cumbre de las Américas con la idea de generar una zona de libre comercio como si pudiera haber igualdad de comercio entre países tan distintos como Estados Unidos y Argentina. Distinto hubiese sido que obviamente si se plantearan reglas para mejorar el comercio entre países que son básicamente desiguales y que tienen necesidades distintas porque Argentina, si en aquel momento se plasmaba el libre comercio de lo que hablábamos era de congelar esas situaciones de desempleo que solo se pudo revertir dando lugar al nacimiento de nuevas industrias que obviamente, con una apertura indiscriminada de la economía es absolutamente imposible. Por eso la verdad es que yo creo que lo del ALCA da para reflexionar mas allá de la emoción y el recuerdo de quienes fueron protagonistas como el presidente de Venezuela Hugo Chávez, como Néstor Kirchner. En aquel momento mas allá del recuerdo para ese acto de verdadera dimensión histórica de decir que no a un proyecto que venía con toda la fuerza de Estados Unidos, en aquel momento para toda la región me parece que a nosotros lo que nos deja es una enseñanza para el futuro y creo que mucho de los que rodean hoy a Mauricio Macri por ejemplo, hoy si le preguntan va ha decir que es un error haber dicho que no al ALCA por eso siempre lo han dicho. Yo creo que esto no es campaña sucia, ni un insulto, ni nada, yo creo que a Melconian no hay dudas que el ALCA le debe generar emoción, le debe encantar como proyecto y me parece que con esto no estoy exagerando. Ejemplos concretos: hoy tenemos 80 mil trabajadores en industrias del software. Si decíamos que si al ALCA, olvídense, en Argentina no habría industria del software de la misma manera que no habría industria del calzado, no habría industria del vestido como hay ahora, que ha generado miles y miles de puestos de trabajo y ha devuelto la dignidad a muchísimos argentinos. Y con todo lo que nos falta recorrer, lo que tenemos que tener en cuenta es que hay que seguir mejorando la situación.

No es cuestión de continuidad o cambio, sino de mejorar con los instrumentos que uno tiene. No podemos caer en esas viejas recetas tantas veces fracasadas que son parte de un manual de texto de neoliberalismo básico, además antiguo para Latinoamérica y que ha funcionado muy mal y ha dejado a los pueblos y a los Argentinos, a los trabajadores, a los jubilados realmente en la calle. Y sé que falta mucho por conquistar, por eso es que estamos recordando este importante acontecimiento para que las embestidas que todavía están habiendo, intentado convertir a la Argentina en un país sin industria en un país sin producción en un país realmente subalterno, no se imponga nuevamente.

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