El secretario general de la CTA de los Trabajadores se explayó sobre los derechos de los presos privados de la libertad ambulatoria. Entrevistado por el periodista Pablo Caruso, ratificó el apoyo de la Central a las legítimas reivindicaciones del SUTPLA. Los tramos salientes del reportaje.

Pablo Carusso: Quiero saludar a Hugo Yasky, secretario general de la CTA, porque dentro de la CTA de los Trabajadores, tenemos un sindicato de personas que están privadas de su libertad. Me parece interesantísima la opinión de Hugo en este sentido. Una cosa que parece de suyo pero, sin embargo, no sé si coincide. Algo nos está pasando y grave, si reaccionamos de tal manera frente a la garantización de derechos para personas que están privadas de su libertad, en el contexto del trabajo, ¿verdad?

Hugo Yasky: Creo que comparto la misma preocupación, incluso indignación, porque algunos comunicadores sociales, periodistas que degradan la profesión, y muchos políticos se han anotado, hacen fila, para armar frases con la lógica demagogia punitiva de la que vos hablabas. Entonces parecería que las cárceles son lugares de castigo, que son simplemente jaulas para encerrar lo que quedó de un ser humano después que cometió un delito y fue condenado. Y esto no tiene nada que ver con la Constitución Nacional, ni con la cultura y la tradición en nuestro país y ni siquiera con un mínimo sentido de la inteligencia. Lamentablemente hay muchos para quienes la lógica es que la cárcel es sólo un lugar de castigo y por eso el fallo del procurador general de la Nación fue en ese sentido muy claro y muy coherente con lo que expresa la propia Constitución.

P.C.: ¿Cómo trabajan los derechos de los trabajadores que están privados de la libertad a partir de una sentencia de la justicia desde la CTA?

H.Y.: Nosotros podemos hablar puntualmente de lo que conocemos, porque la experiencia del SUTPLA, el Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria, se desarrolló y se sigue desarrollando en el penal de Villa Devoto. Antes de que existiera el sindicato, un 20%, un 25% de los que estaban recluidos allí, podía trabajar. Hoy esa cifra se triplicó, prácticamente. Los trabajos que se realizan en Villa Devoto son variados. Desde fabricación de bolsitas de polietileno, de metalurgia liviana, sobre todo lo que tiene que ver con herrería, balcones, cerramientos, fabricación de muebles y elementos derivados de la metalurgia que se comercializan. Hay empresas que se conectan con un ente que contrata este tipo de trabajo, que es un ente autárquico, que tiene que ver con Penitenciaría, que realiza el contrato. Después se comercializa. Muchas de las bolsitas que se utilizan en los supermercados, aunque la gente no lo sepa, se fabrican en los penales. Entonces la gente que trabaja en esas condiciones, lógicamente debe tener los derechos laborales que le asisten a un trabajador en condiciones normales y por eso una ley que se aprobó en 1996 estableció que el salario que le correspondía a quien realizara una jornada laboral de 8 horas corridas iba a ser equivalente al mínimo, vital y móvil. De manera que esto se empezó a aplicar hace tres años. Efectivamente, los reclusos que trabajan reciben el equivalente al salario mínimo vital y móvil, y cuando las jornadas son reducidas, porque a veces sucede, se les reduce proporcionalmente el salario. Lo que establece ahora la Cámara de Casación es que debe haber otros derechos conexos, como el caso del accidente de trabajo, que suelen ocurrir, para que el recluso goce de las mismas garantías. Construir la cultura del trabajo. Como construir la cultura del estudio. En el penal de Devoto, el 80% está terminando la escuela primaria o la secundaria. Y hay un 10% que está cursando estudios universitarios. Justamente de ese centro de estudios universitarios, donde hay casi 160 reclusos, surgió la idea de constituir este sindicato, que hasta ahora se viene desarrollando con una experiencia interesante, porque incluso ha establecido otro tipo de relaciones al interior del penal.

P.C: ¿Como cuál, Hugo?

H.Y.: Relaciones de camaradería, de respeto entre los reclusos. Me conmovió el relato de una asamblea porque tienen delegados y se hacen reuniones de delegados de los distintos pabellones. Entonces un recluso planteó una pregunta que siempre surge en un colectivo como ése, que es ¿el sindicato para qué nos sirve? Y alguien que estaba trabajando en la cocina, que no estaba en la asamblea pidió permiso para hablar, un pibe muy jovencito y explicó cómo había cambiado para él la vida dentro del penal a partir de establecer relaciones de compañeros, con camaradería y respeto entre los reclusos. Y este tipo de cosas se degradan cuando alguien dice, como ayer. Ayer me habían invitado a un programa con Gustavo Sylvestre, y viste, cuando vos vas a un programa acordás las condiciones.

P.C.: Para no degradar el debate, sobre todo. No porque uno no quiera discutir las cosas.

H.Y.: Imaginate que alguien como Lanatta te dice: ché muchachos, a los jubilados, vayan a afanar porque les conviene. Entonces no podés ni empezar a discutir, porque es prestarte a un juego sucio, en el cual terminás envileciendo debates que la sociedad necesita darse. Ayer aparece de repente invitado un ex policía, un ex comisario, un poronga de la bonaerense, que resultaban increíbles las barbaridades que dijo. No lo podían parar ni ellos. Por supuesto que yo dije no. Yo no debato en estas condiciones, ni con este personaje.

P.C.: Y vos Hugo no sabías que iba a estar ahí.

H.Y.: No. Me dijeron: vamos a hacer un debate con Sturzenegger y Juez, y bueno. Vamos a debatir impuesto a las ganancias, estos temas. Me pidieron hablar sobre este tema. Como es un programa que me parecía hasta ahora serio, dije que sí. Y se aparecieron con este personaje que después me enteré es el vocero de Massa en temas de seguridad. O sea, que las barbaridades que ha dicho Massa, porque de lo que dice Massa, casi se desprende que tenemos que volver a la cámara de gas como algo natural. Si las personas que están recluidas no tienen derecho al trabajo, ni al estudio, a la dignidad, por más que estén purgando una condena. Porque que purguen una condena no quiere decir que sean degradados en su condición humana. Si esa es la concepción, bueno, terminamos justificando después el gatillo fácil, y todas las barbaridades que en este país lamentablemente se siguen dando. Y mientras haya candidatos como éstos, con esos discursos fachos, evidentemente, es que van a tener algún tipo de justificativo.

P.C.: Lo que más me preocupa, o creo que lo que más debería preocuparnos es la mella que le hace a la discusión social y cómo efectivamente, a partir de ese tipo de maniobras logra ingresar en algunos sectores. Acompaño Hugo, lo que expresabas. Nos debemos un debate realmente serio sobre estos temas. No sé cuántos espacios hay para darlos. Pero nos debemos una discusión muy profunda sobre estas cuestiones. Muy difícil avanzar sino, cuando efectivamente todos decimos que queremos una sociedad más justa, más equitativa. Hugo, te agradezco muchísimo la posibilidad de la charla. Un tema que por lo que nos contás, evidentemente es muy sensible para toda la CTA de los Trabajadores, y en breve algo vamos a hacer para convocar a los compañeros del SUTPLA para que nos cuenten algunas experiencias más y ver si nosotros podemos dar desde aquí algún testimonio, alguna experiencia que movilice de alguna manera a quienes nos escuchan. Gracias como siempre.

Portada del sitio || La Central || Los debates que la sociedad necesita no deben envilecerse