Periodista, director del Núcleo de Estudios del Brasil de la Universidad
Metropolitana de los Trabajadores

-¿Querés contarnos un poco cómo ves vos y dónde radica la importancia de hablar de regionalidad e internacionalidad para disputar las elecciones del 2019 en Argentina?

- Hay una cosa desde la que partimos, que uno lo puede hacer desde el punto de vista analítico o desde el punto de vista político. Me parece que en este punto convergen los dos. Lo más importante que hay en la región son las elecciones presidenciales del 2019, porque Brasil ya está “jugado” en términos electorales. Falta ver cuánto aplica Bolsonaro de su fascismo discursivo en el gobierno y cuánto de la desintegración que propuso. Si esto es lo que ya existe, y existe en la Argentina un gobierno conservador y neoliberal, las dos cosas a la vez, el desafío es si ese hilo se puede cortar y dónde se puede cortar entre los países mayores de América del Sur. La posibilidad electoral es en Argentina en 2019. Para eso hay que llegar con un diagnóstico del mundo. Jorge Taiana planteaba desafíos globales, el trabajo, las migraciones y la desigualdad y cómo convertir los problemas comerciales no en guerras, que no son favorables nunca en los países más débiles o a los de desarrollo medio; sino en conflictos manejables. En el caso argentino, a través de la autodeterminación. Ese es un desafío para la Argentina. Es un desafío de reflexión y de acción para el año que viene. Cuando formamos Mundo Sur nos propusimos actuar en los dos niveles: el nivel de pensamiento, análisis, búsqueda de datos y de rigor en ese sentido. Y también en el nivel de acción, porque si hay elecciones en el 2019, le proponemos aportar al debate electoral del 2019 cómo se tiene que reinsertar la Argentina en el mundo. El gobierno habla de reinserción de Argentina en el mundo como si fuera una novedad. El programa de política exterior del gobierno fue desde el principio un acuerdo con los sectores financieros internacionales, que se plasmó en el acuerdo con el Fondo Internacional. Esas no son palabras. Esto determina la política exterior, las alianzas y determina otro elemento: la desintegración de las instituciones de América del Sur. Hoy el Mercosur no existe, no tiene agenda; UNASUR fue liquidada de hecho. Y de CELAC, los gobiernos mayores de Sudamérica, el de Brasil, Temer, y el electo Bolsonaro y el gobierno de Macri ni siquiera hablan.

-Cuando hablamos de pensar Mundo Sur en dos planos, ¿cuáles serían esos dos planos y, en el marco de la acción, qué actividades tienen previstas?

- Nosotros vamos a escribir, a estudiar y a proponer. Este es un grupo de unas quince personas y tenemos previsto reunirnos con expertos, universidades, organizaciones sociales, políticas, empresarias, con embajadas y diplomáticos. Nada va a quedar fuera del radio de Mundo Sur. La política exterior no es una cuestión de especialistas, así como la economía no es una cuestión de economistas. La política exterior es una cuestión que, como tiene influencia en la vida cotidiana de todo el mundo, tiene que ser una actividad de todo el mundo. En ese sentido, Mundo Sur es una referencia para discutir, para diagnosticar y proponer. Con el diagnóstico solo, no alcanza. Ahora, sin diagnóstico, uno termina en una serie de palabras o consignas, lo cual está bien, las consignas son maravillosas para un acto. Cada uno toma el ámbito que eligió. El ámbito que elegimos nosotros, sin desconocer a los demás ámbitos de actividad política o social es este: diagnóstico y propuestas con análisis muy rigurosos de la realidad y con discusión e interacción con individuos, con hombres, mujeres y sectores organizados de la sociedad.

-También una interseccionalidad, como vimos hoy con la presencia de Jorge Taiana, que tiene una carrera diplomática en la vida política, una rectora, que viene del ámbito académico como Ana Jaramillo, y dirigentes sindicales como Roberto Baradel. Esta interseccionalidad, ¿qué busca en Mundo Sur?

-Esto muestra la identidad de Mundo Sur. La identidad está mostrada efectivamente. Es una identidad multisectorial, con diferentes formas de abordaje de la política internacional, que en todo caso tiene que ver con necesidades concretas. Si la gente recibe lo negativo, y a veces lo positivo, porque de vez en cuando pasa eso en América Latina, tiene que participar de la formulación de la política exterior.

-Cuando el ciudadano promedio escucha que se cortan los procesos de desarrollo del Mercosur, de la CELAC y la UNASUR y lo ve como algo lejano, que ocurre en esferas que son lejanas geográficamente y de su cotidiano, ¿en qué le afecta a un ciudadano promedio este corte de desarrollo de esos ámbitos?

- Yo te doy solamente un ejemplo. La Argentina tiene dos socios comerciales importantes. Muy importantes. Los dos más importantes son China y Brasil. La Argentina exporta productos primarios a China y productos industriales a Brasil. La mitad de la exportación a Brasil son productos industriales. Sin una dimensión regional, el comercio automáticamente cae. Sin dimensión regional más crisis locales, el comercio con Brasil cae. Si cae el comercio con Brasil y no hay intensificación política de la integración, la Argentina exportará cada vez menos a Brasil. Pero exportará cada vez menos productos industriales. Si la Argentina exporta cada vez menos productos industriales, habrá menos empleos industriales, en Córdoba o en el gran Buenos Aires. Eso, para dar un solo ejemplo.

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