Este 24 de marzo marcó un nuevo hito en el camino de la construcción de la memoria, la verdad y la justicia, con una nueva marcha que será recordada por su masividad y espíritu unitario de cientos de organizaciones del campo popular.

La CTA Santa Fe se dio cita con miles de trabajadoras y trabajadores que se encolumnaron bajo sus banderas y junto a la CGT Regional Santa Fe.
Al pie adjuntamos la galería de imágenes y el documento del Foro.

DOCUMENTO ÚNICO DEL FORO CONTRA LA IMPUNIDAD Y POR LA JUSTICIA

Compañeras y Compañeros

Luego de dos años de pandemia con actos simbólicos o reducidos, hoy volvimos a marchar en este 24 de marzo, a 46 años del golpe genocida de 1976. Por eso lo primero que queremos es reiterar nuestro reconocimiento al personal de salud que lo pusieron todo por nosotros, hasta su propia vida en muchos casos. También reconocemos el esfuerzo del Estado, que aportó los recursos necesarios y llevó adelante una enorme campaña de vacunación. Gracias a ambos podemos estar en este acto. Pero también, y como consecuencia de la pandemia, debemos recordar a quienes ya no volverán a marchar con nosotros. Como el imprescindible Lito Sorbellini y otros compañeros y compañeras.

Es parte de la lucha por el derecho a la vida que llevamos adelante. Mientras desde otros sectores no se vaciló en sabotear las políticas de salud y de cuidados, a costa de miles de argentinos permeables a las campañas anticuarentena y antivacunas. Así, con la complicidad de los medios hegemónicos, también se atentó contra la vida. Desde una lógica opositora que no casualmente terminó un día después de las últimas elecciones.

Hoy tampoco las tenemos a Negrita ni a Queca y Hurí, que con Otilia encabezaban las últimas marchas en sus sillas de ruedas. A ellas nuestro amor eterno, por lo que sufrieron, por lo que pelearon, por todo lo que dieron. Por no abandonar nunca la lucha como siempre nos recuerda Otilia, que hoy con más de 100 años sigue acompañándonos en cada marcha. A todas las Madres nuestro compromiso inclaudicable de continuar andando sus pasos.

Con nosotros y nosotras, como banderas de lucha están sus hijas e hijos desaparecidos, que dejaron un legado trascendente. Porque fueron capaces de exponer y perder hasta sus propias vidas en pos de un sueño y un proyecto político de justicia e igualdad. Porque lo dieron todo sin pedir nada a cambio. Y ese compromiso profundo con el que lucharon debe inundar siempre nuestros corazones y nuestra conciencia. Hoy más que nunca, en estos tiempos difíciles, que requieren mucha generosidad, solidaridad y unidad.

Sin memoria no hay futuro. Por eso debemos tener siempre presente que el genocidio de la dictadura se hizo para implantar un modelo neoliberal de exclusión, dependencia, endeudamiento y supresión de derechos. Para eso se secuestró, se torturó, se violó, se encarceló y se desapareció a quienes resistían a esa dictadura genocida. Dictadura que tuvo su antesala en la Triple A y el llamado Operativo Independencia en Tucumán, y que fue planificada a nivel continental por los EEUU.
Ese modelo económico neoliberal luego se continuó y profundizó en democracia, y aun hoy seguimos sufriendo sus secuelas, tanto con la deuda externa, los altos niveles de pobreza y la pérdida de soberanía territorial y ambiental. Con excepción de la etapa en la que tuvimos conquistas históricas.

Como el huevo de la serpiente, quedó viva la pata civil de la dictadura que nos atacó una y otra vez. Privatizaron las empresas y el sistema previsional del Estado, precarizaron nuestros trabajos e instalaron políticas de olvido e impunidad. Cuando el movimiento popular a partir de 2003 logró recuperar Derechos, Justicia y Soberanía, volvieron a gobernar. Ahora con nuevos métodos. Sin renunciar a la represión, monopolizaron los medios de comunicación y los utilizaron para desinformar, mentir y difamar. Al mismo tiempo formaron el Partido Judicial con la Corte Suprema de Justicia y Comodoro Py a la cabeza, vinculado a un sistema de espionaje ilegal. Con esas herramientas implementaron la llamada Guerra Judicial o “Law Fare”. Primero difamaron, luego desplazaron jueces y camaristas que no eran funcionales a sus intereses, y finalmente encarcelaron decenas de dirigentes sociales y políticos, entre ellos a Milagro Sala y al ex vicepresidente de la Nación Amado Boudou.

De esta manera el poder corporativo y financiero tuvo allanado el camino para avanzar y desplegar políticas de estafa y endeudamiento. Contrajeron con el FMI la deuda más grande de nuestra historia. Fondos que automáticamente fugaron al exterior, y por los que deberán rendir cuentas ante la Justicia y devolverlos al pueblo argentino.

Hoy, ese Partido Judicial oligarca y patriarcal ha usurpado funciones de los otros poderes de la democracia, actuando como instrumento del poder económico concentrado y de su representación política, que pretende así cogobernar el país. Forman parte de un plan que intenta hacernos retroceder al peor de los neoliberalismos en 2023, a través del propio voto popular.

Vivimos una época en que los medios de comunicación y las “redes sociales” se han convertido en la principal herramienta de dominación, lo cual se profundizó en la Argentina con la derogación de la ley de medios de la democracia a través de uno de los primeros decretos de Macri. Ley que es imprescindible recuperar.

A este poder de manipulación mediática y de las redes sociales lo comprobamos a escala mundial con la actual guerra, en la que nos ocultan el cercamiento nuclear progresivo de Rusia por la OTAN y las matanzas previas cometidas contra el pueblo de Donas. Acciones del gobierno ucraniano que actuó como instrumento de EEUU y la OTAN, que le proveyeron un poderoso armamento con el que preparaban una nueva masacre.

Rechazamos todas las guerras de diputas por el poder económico y para el saqueo de las riquezas de los pueblos. Queremos la convivencia pacífica de todos los países, pero no olvidamos las decenas de invasiones norteamericanas y de sus aliados a los países de América Latina, África y Medio Oriente. No olvidamos Vietnam, Irak, Afganistán, Palestina, Libia, Siria. Tampoco olvidamos los golpes de estado del operativo Cóndor en América del Sur que nos trajo la dictadura genocida.

Tenemos muy presente que la OTAN respaldó y promovió la segunda invasión del Reino Unido a nuestras Islas Malvinas, especialmente ante el próximo 2 de abril, en la que se cumplen 40 años del comienzo de las acciones. Año, que ha sido declarado de homenaje del pueblo a los caídos en Malvinas, con quienes nos solidarizamos, por haber sido víctimas de la dictadura y del imperialismo colonialista como nuestros desaparecidos y desaparecidas.

Debemos tener en claro que esa metodología de desinformación de los opresores que aquí estamos denunciando, va de la mano del Negacionismo, vinculado a la vieja “doctrina del enemigo interno” y a la posterior “teoría de los dos demonios”. Negacionismo que se realiza tanto en forma activa, mintiendo y destruyendo nuestros Sitios de Memoria, como también restando apoyo para la construcción de lo que aún nos falta. Por tal razón hoy resulta más necesaria que nunca la continuidad y profundización de las políticas de Estado en Memoria, Verdad y Justicia.

Los juicios de lesa humanidad avanzaron en forma incontenible desde 2003, pero hoy desde el poder judicial colonizado se implementan políticas de impunidad a través de las prisiones domiciliarias masivas, las salidas transitorias y la demora de las causas, en especial de lástima que tienen empresarios y ex jueces imputados.

En la Argentina resultó de importancia fundamental la construcción de Espacios de Memoria como Ex ESMA, Parque de la Memoria, La Perla, Escuelita de Famaillá y otros que tienen una presencia notable ante la sociedad. Esos sitios representan la materialidad innegable y palpable de la perpetración del genocidio, y como tales deben ser preservados para las generaciones actuales y futuras. En nuestra zona con la transformación de la Ex Comisaría Cuarta en Espacio de Memoria y la tarea aún pendiente de comenzar con el Espacio Campo Militar San Pedro, que fue el mayor centro de exterminio y enterramientos clandestinos de la región. Allí también es fundamental implementar desde ahora mismo un sistema de búsqueda permanente de los desaparecidos y desaparecidas que aún nos falta encontrar.

Las Madres sabían que esta lucha iba a ser muy larga y por eso hablaban de “pasar la posta”. Porque aún no recuperamos los restos de la mayor parte de nuestros desaparecidos y desaparecidas, porque quizás nunca sabremos cómo fueron sus últimos días ni quienes fueron sus verdugos. Porque aún no se devolvió la identidad a la mayor parte de los hijos e hijas que fueron robados. Porque a pesar de los grandes avances de los juicios a los genocidas, todavía quedan muchos impunes. Porque hay mucha memoria por construir, en especial con la nueva generación, a la que hoy bombardean con los peores mensajes de individualismo, odio y negacionismo.

Esta nueva juventud, como las anteriores, tiene un espejo ante quien mirarse: los 30.000 desaparecidos y desaparecidas, los mejores hijos e hijas del pueblo, los y las que sufrieron cárcel o exilio, los sobrevivientes que siempre lucharon y lo seguirán haciendo. Por eso la lucha que iniciaron las Madres y continúan otros organismos de Derechos Humanos no es transitoria, sino que tendrá que ser permanente. Mirar el pasado para ubicarnos en el presente y proyectar un futuro de justicia, trabajo, igualdad, bienestar y paz que todos y todas nos merecemos.
Esa lucha tiene avances y retrocesos en Argentina y en toda nuestra Patria Grande. Hoy celebramos el nuevo gobierno popular de Chile. Una provincia. Nos atacan con la guerra judicial donde más nos duele: persiguiendo con una causa inventada a Nadia Schuman. A una de las más destacadas abogadas y referente de los juicios de Lesa Humanidad de Rosario. Por eso desde esta plaza, hoy le tendemos la mano y abrazamos a la compañera Nadia. Y nos comprometemos a movilizarnos en su defensa.

Hoy reafirmamos como siempre que No Olvidamos, No Perdonamos y No nos Reconciliamos. Y exigimos:

- Cárcel común y efectiva a todos los genocidas

- Restitución de las identidades a los hijos e hijas apropiadas por la dictadura

- Recuperación de los restos de los desaparecidos y desaparecidas

- Fuera esta Corte Suprema y el Partido Judicial Macrista

- Por fuerzas de seguridad formadas en Derechos Humanos, sin corrupción ni tutelaje extranjero

- Libertad a las presas y presos políticos. Basta de persecuciones judiciales.

Hoy, a 46 años del golpe genocida, cívico militar y eclesiástico, nos seguimos preguntando

- ¿DONDE ESTÁN? nuestras compañeras y compañeros detenidos desaparecidos.

- ¿DONDE ESTÁN? los hijos e hijas apropiados a quienes le secuestraron su identidad?

- SON 30 MIL!!!

- FUE GENOCIDIO

30.000 compañeras y compañeros desaparecidos.... Presentes …Ahora y Siempre

Publicada originalmente en: https://www.facebook.com/CTAdelosTrabajadoresSantaFe/photos/pcb.3059652777616195/3059650550949751/

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