Para el día de hoy estaba convocada la comisión paritaria del Estado nacional para revisar por quinta vez el acuerdo salarial de 2018. Los cuerpos de delegados y delegadas se hicieron presentes en la sede del ex Ministerio de Trabajo (Callao 114) para hacer escuchar la voz de las bases de los trabajadores y trabajadoras del Estado. Una vez más, la respuesta del Gobierno a la concentración de ATE Capital en la puerta de la Secretaría de Trabajo se hizo notar apenas minutos después de llegados los primeros compañeros y compañeras.

Un desmedido operativo policial aguardaba preparado para reprimir, y una vez que se ubicaron los primeros delegados frente a las oficinas gubernamentales, comenzaron a golpearlos con sus bastones y a gasearlos. Hubo empujones y forcejeos, e intentaron llevarse detenidos a al menos dos compañeros, mientras se escuchaba abiertamente cómo los mandos policiales solicitaban "detenciones puntuales" a través de sus handys. Por estos hechos, realizaremos mañana una presentación judicial y denunciaremos la persecución de nuestros compañeros y compañeras.

La concentración, como toda manifestación de las trabajadoras y los trabajadores del Estado, era pacífica y legítima. Había sido notificada y anunciada previamente, y no implicaba más que un corte parcial de la Av. Callao, con apenas un par de carriles ocupados por los presentes. El planteo es más que lógico: no podemos aceptar una propuesta del 3% de aumento salarial cuando la inflación interanual alcanza el 53% y la paritaria en el mismo período apenas llegó al 25%. La violencia policial llevó a que ATE solicitara un cuarto intermedio, dado que no pensamos convalidar ni el ajuste ni la represión.

Para los trabajadores y trabajadoras del Estado, especialmente para quienes se desempeñan en las categorías y escalafones más postergados, un 3% de aumento en la unidad retributiva a partir de mayo, no acumulativo, y una suma fija de $2000 con el salario de abril, son apenas gestos miserables de un Gobierno que hace explícito su deseo de sumergir en la pobreza a su propia planta de empleados públicos. Podrá significar un tenue paliativo para quienes más lo necesitan, pero un aumento serio debe garantizarse a todas las categorías, debe compensar el salario perdido por la inflación de 2018 y debe incorporar a los monotributistas y a las demás formas de contratación precaria.

Por todos esos motivos, porque también se debe dar una respuesta a los concursos pendientes, a los pases a planta permanente que exigimos desde hace años, al reconocimiento de los títulos y de las horas extra que miles de trabajadores y trabajadoras realizan a diario, y por condiciones dignas de trabajo en todos los sectores del Estado nacional, este jueves 11 paramos el Estado, volvemos a la calle y nos movilizamos a las 12hs desde Esmeralda y Diagonal Norte hacia el ex Ministerio de Modernización.

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