En el marco de la cuarta ronda de negociación, la CTA de los Trabajadores estuvo presente en la sede de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York. Allí, del 14 al 18 de mayo se avanzó en las discusiones hacia un Pacto Global para las Migraciones, que sea más justo y que contemple los derechos humanos y los laborales.
En ese sentido, las políticas migratorias implementadas por los estados pueden profundizar la exclusión y ser el origen de múltiples vulneraciones e inequidades o bien pueden promover y proteger los derechos de las y los migrantes. En el mundo, entre un 15% y un 20% de las y los migrantes están en situación irregular, sin los permisos estatales para permanecer, quedando invisibilizados y desprotegidos. Ante esta realidad, la regulación con criterios claros y procedimientos accesibles tiene beneficios para toda la sociedad. Por ejemplo reduciendo la explotación laboral y fomentando el trabajo formal, quita el miedo de los migrantes de acercarse a centros de salud y, por lo tanto, reduce el costo de la atención médica urgente, permite al Estado conocer la realidad y las características de todos los habitantes para diseñar políticas públicas, reduce la exclusión y marginalización de los migrantes, que contribuyen a situaciones de violencia y discriminación y alienta que los migrantes denuncien delitos y abusos, lo cual deriva en beneficio de toda la sociedad.