Con la participación del secretario general de CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky; Eduardo López, secretario general de CTA Ciudad, y los secretarios adjuntos de CTA Ciudad, Néstor Segovia y Belén Sotelo, se inauguró ayer la nueva sede de CTA Capital en Ayacucho 131.

También estuvieron presentes por la Mesa Nacional de CTA Gustavo Rollandi, secretario de Organización de CTA de los Trabajadores; Francisco ’Tito’ Nenna y Nicolás Trotta, rector de la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo).

El flyer de invitación a la inauguración del flamante local de CTA Ciudad tiene las imágenes de los entrañables referentes sindicales Stella Maldonado, Germán Abdala y Agustín Tosco. Al mismo tiempo, Hugo Yasky resaltó la importancia de recordar a Milagro Sala y a los ocho dirigentes de la Tupac Amaru que continúan arbitrariamente detenidos en Jujuy. También hizo alusión a la convocatoria como testigo en la audiencia del juicio contravencional a Milagro Sala en Jujuy, a la participación de la CTA en el acto contra el traspaso y la destrucción de la Justicia Laboral Nacional y a la necesidad de continuar unidos y en la calle para defender lo conquistado.

Por último, Yasky nombró al flamante local de CTA Ciudad como una trinchera y resaltó: “Si hay compañeros que dejaron su vida, que militaron, que fueron capaces de soportar las peores adversidades, como las que enfrentaron las Madres de la Plaza de Mayo, si hay esos ejemplos, nosotros no podemos estar hoy por debajo de eso. Por eso esta fiesta es también un acto de lucha, porque este local es una trinchera. Cada local de una organización social, de un movimiento sindical, cada casa donde se esté organizando a los compañeros en el barrio, tiene que ser una trinchera, y hay que unir cada pedacito”.

“Fuerza compañeros, vamos a defender cada palmo de lo conquistado y esta casa que abrimos hoy es parte de eso”, concluyó.

Intervención completa de Hugo Yasky, secretario general de CTA de los Trabajadores:

“Gracias, compañeras, compañeros, la verdad es un momento en el que estamos mezclando la alegría de abrir un local de la CTA en la Ciudad de Buenos Aires, algo que durante muchos años quisimos tener y lo estamos concretando en este momento. También se mezcla el compromiso, la referencia a una decisión que está intacta en todos nosotros, que es luchar para recuperar un país en el que los trabajadores, las trabajadoras, los más humildes sean respetados en sus derechos.

Mañana vamos a estar viajando a Jujuy y vamos a ser testigos, en el inicio del juicio que se le hace a la compañera Milagro Sala. El juicio es, nada más ni nada menos, por una supuesta contravención, en la decisión de hacer un acampe frente a la Casa de Gobierno. Esto solo muestra a las claras la arbitrariedad de un hecho aberrante que ha sido que la privaran de la libertad a Milagro durante prácticamente todo este año. Es algo que habla claramente del revanchismo de clase de un gobierno que expresa en todo momento que puede, su desprecio y su odio profundo por todo aquello que forma parte de nuestras tradiciones de lucha.
Nosotros no nos tenemos que olvidar de la compañera Milagro Sala, de las ocho compañeras y de los compañeros que están detenidos, porque eso nos tiene que marcar a fuego en un compromiso que es ineludible e irrenunciable, y que es pelear para que nunca más en este país se violen y se pisoteen los derechos humanos.
Nosotros sobrevivimos a una dictadura genocida, que cometió el crimen monstruoso, incalificable, de haber hecho desaparecer más de 30000 militantes de nuestro pueblo. Esto tiene que quedar grabado a fuego. No importa de quién se trate, no importa en qué circunstancia, cada vez que hay una violación al derecho humano, cada vez que hay un abuso contra los que menos tienen, cada vez que hay violencia institucional, tenemos que estar ahí para denunciar y no permitir que ocurra.

Por otro lado, hoy a la mañana estuvimos en un acto que fue muy importante. Quizá no aparezca en los medios de comunicación. Esta mañana estuvimos frente al local del Fuero Laboral Nacional, en Lavalle al 1500, en un acto que convocó el Sindicato de Judiciales, y donde estuvo representada la CTA Autónoma, por el compañero Blasco; la CGT por el compañero Juan Carlos Schmid, y estuvimos nosotros en representación de la CTA de los Trabajadores.
Fue un acto donde claramente, todas las asociaciones de laboralistas del país, sin excepción, desde las que están más a la derecha, hasta las que están ubicadas más a la izquierda, desde el kirchnerismo al justicialismo, todas, todas las asociaciones laboralistas; todas las centrales sindicales que hablamos en ese acto; todos los sindicatos del mundo de los judiciales, expresamos con claridad que la pretensión de traspasar a la ciudad el fuero laboral, no es otra cosa que la decisión de liquidar la justicia laboral, que fue creada en el año 1944 por una resolución que entonces firmó quien era secretario de Trabajo y Previsión Social, el general Juan Domingo Perón.
Y esa resolución fue declarada al año siguiente, poco tiempo antes de que Perón fuera elegido presidente, inconstitucional, por la Corte Suprema de Justicia de aquella época, con lo cual está claro que hay una tradición que se sigue cumpliendo en el país, en términos del papel que juegan los jueces, las Cortes Supremas y la casta judicial, al servicio siempre de la clase dominante. Y yo quiero plantear esto porque no es casual, que mañana nos convoquen al Senado a discutir la reforma de la ley de ART; que en estos días, como lo mencionaban acá, ayer y anteayer haya salido el presidente de la Nación, a plantear que nuestros convenios colectivos forman parte ya de una pieza de museo, que pertenecen a otro siglo, a otro tiempo, que los dirigentes sindicales, llevan algunos de ellos más de 20 años en sus cargos, que es necesario modernizar, que es necesario adaptar a los nuevos tiempos, y todo ese discurso, que cada vez con más claridad nos está enfrentando al hecho de que este gobierno de la clase patronal, de la clase dominante, viene a avasallar todos y cada uno de los derechos que nosotros hemos conquistado.

Necesitan eliminar la justicia laboral para que la relación asimétrica entre el obrero y la patronal, no sea interpuesta por nada ni nadie. Necesitan eliminar los convenios colectivos de trabajo, introducir el tema de la productividad, hacer desaparecer la conquista de la indemnización y poner en vilo a los trabajadores, frente a la amenaza del despido, para lograr disciplinar a nuestro movimiento obrero. Son reformas presindicales, quieren llevar la Argentina a lo que era la Argentina antes del peronismo, antes de la construcción del movimiento sindical, antes de la construcción de los derechos sociales con Perón y Eva Perón. Quieren volver al país que había acuñado la oligarquía, donde las huelgas se pagaban con la vida y con el despido, si uno tenía suerte. Esto es lo que está en juego. Cuando nosotros decimos que éste es el gobierno de la clase dominante, este tipo de cosas son las que lo demuestra. Lo demuestra mucho más este tipo de cosas, que la forma en que se pueda cerrar una paritaria, o que la forma en que se pueda discutir una cuestión coyuntural.
Esta gente viene con la idea que la Argentina tiene que ser dada vuelta como una media y que hay 15 o 20 millones de argentinos que están de más. Y van a buscar las condiciones, la manera de imponer su designio, que es construir un país en el que nunca más el movimiento popular se pueda poner de pie. Eso es lo que está en juego.

Los inversores que no vienen a la Argentina, no vienen, y lo dicen claramente, porque no sabemos cuánto tiempo va a tener la continuidad de este gobierno. No sabemos si dentro de tres o cuatro años en la Argentina, no hay de nuevo un gobierno popular. Esto es lo que a ellos los paraliza, pero nosotros tenemos que ser conscientes de que en este momento depende de la fuerza del campo popular, que este proyecto no pueda trascender más allá del tiempo que le resta a este gobierno el mandato y hay que decirlo así. Son ellos o somos nosotros. No hay posibilidad de mediación con un gobierno que tiene como objetivo disciplinar y arrodillar al movimiento obrero, como lo está planteando éste. Y les digo que hoy salí del acto reconfortado, porque escuché a los judiciales diciendo que el 30 de noviembre van al paro nacional. Escuché a todas las centrales diciendo que la línea que no vamos a dejar que pase este gobierno, es la de la defensa del Convenio Colectivo, del derecho a discutir paritarias cada año con absoluta libertad y la defensa de un modelo sindical que seguro a la oligarquía no le gusta pero es el que a nosotros nos permitió conocer la dignidad de ser trabajador y no tener que arrastrarse delante de ningún patrón ni de ningún mequetrefe como los que tenemos en el gobierno.

Si hay compañeros que dejaron su vida, que militaron, que fueron capaces de soportar las peores adversidades, como las que enfrentaron las Madres de la Plaza de Mayo, si hay esos ejemplos, nosotros no podemos estar hoy por debajo de eso. Por eso esta fiesta es también un acto de lucha, porque este local es una trinchera. Cada local de una organización social, de un movimiento sindical, cada casa donde se esté organizando a los compañeros en el barrio, tiene que ser una trinchera, y hay que unir cada pedacito. No nos podemos dejar engañar con los espejitos de colores de los que nos van a llamar primero a uno, después al otro, después al otro, con la condición y la decisión que nos tienen que fracturar y dividir.

Bienvenido lo que se pueda lograr en cada paritaria, en cada discusión como la que están haciendo los movimientos sociales. En cada pequeño avance hay una partícula de ese triunfo que alguna vez vamos a lograr y que va a significar la definitiva liberación de los oprimidos de este país. En cada pequeño avance hay un pedacito de eso que tenemos que lograr. Pero eso no nos tiene que hacer equivocar el camino. Nosotros vamos a persistir, como lo hicimos hoy, con el compañero de la CGT, reafirmando nuestra decisión de trazar una línea. Esa línea es la línea que marca que de este lado están las paritarias, la justicia laboral, los sindicatos, está la autonomía de la clase trabajadora para decidir qué dirigente sindical la represente y qué dirigente sindical no la representa. Detrás de esa línea, todos juntos, para no dejar que avance ni un solo paso. Que sepa el gobierno que en el medio del desastre social que está generando, porque si hoy crece la pobreza, los padecimientos, si hoy falta trabajo, si hoy se especula financieramente y no se invierte, si hoy no hay control para la economía que quiere funcionar en base al mercado interno; si hoy caen las ventas; si hoy nuestro pueblo no ve ningún horizonte, si hoy la gente común dice que en este país así no se puede vivir, todo eso es producto de lo que ellos hicieron. Si además de eso, ahora quieren avanzar sobre nuestros derechos, para impedirnos que dentro de cuatro meses, tres meses, dos meses, podamos estar en la calle defendiendo lo poco que nos queda, que es nuestra propia organización, que sepan que en ese punto y atrás de esa línea nos van a encontrar unidos.
Estoy convencido que va a ser así, porque más allá de la voluntad de algún dirigente que esté con la ensoñación de que puede ser oficialista de un gobierno patronal, más allá de eso, sé que está la clase trabajadora, los sindicatos, y decenas de miles de dirigentes sindicales que van a estar peleando junto con nosotros.

Fuerza compañeros, vamos a defender cada palmo de lo conquistado y esta casa que abrimos hoy es parte de eso.
Gracias. Fuerza”.

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