Sonia Alesso en el cierre de la Marcha Federal Educativa

Buenas tardes, compañeras y compañeros. Un abrazo inmenso, gigante, a cada uno de ustedes que marcharon del Norte al Sur de nuestra Patria para decir que los maestros, los profesores de la Argentina no nos arrodillamos.

Un fuerte, un caluroso aplauso para todos ustedes, compañeros.
También agradecer a nuestros estudiantes, los estudiantes de la escuela pública, los que sueñan con un país justo, los que reclaman por sus derechos, los que militan en los centros de estudiantes, en las escuelas secundarias, en las universidades, en los barrios, diciendo no tenemos precio. Estos señores, a nuestra espalda, el presidente, el ministro de Educación, nos ha agraviado a todos, a los maestros, a los estudiantes, porque saben qué, ninguno de los que está acá se cayó en la escuela pública. Los miles de maestros, de profesores que están acá y que están a lo largo y ancho del país, son parte de un colectivo amoroso, de un colectivo que quiere a la escuela pública, de un colectivo que pinta paredes, armarios, pinta y borda cortinas para nuestros pibes. Sale a hablar con los papás, discute con las autoridades en cada pueblo, desde el más chiquito de nuestra Patria.

Los maestros, los profesores, los universitarios, los estudiantes, hemos construido esta unidad que ustedes ven acá, y un aplauso para sus sindicatos, para los sindicatos de todo el país. Un orgullo nuestro sindicato, un orgullo la Ctera, un orgullo cada uno de mis compañeros de los cinco gremios nacionales y de las dos Conadu.

Estamos acá por una cosa muy sencilla. Decirle al presidente que cumpla la ley. Que respete la ley. Una ley votada en el Congreso de la Nación. Una ley por la que nosotros militamos, marchamos, llevamos adelante luchas provinciales en todo el país.
El guardapolvo blanco que Hugo Yasky tiene puesto, es el que usó en la Carpa Blanca. Y acá, miramos las caras de muchos compañeros, de muchos de los que hoy son dirigentes, saben dónde los conocí en la Marcha Blanca, en la Carpa Blanca, en las luchas provinciales.

Es para nosotros una gran alegría poder sostener que los maestros enseñamos, que los maestros enseñamos valores, que en la escuela nos importa la solidaridad, nos importa el otro, nos importa el respeto, la democracia, la justicia y la igualdad.

No es lo mismo valor que precio, lo dice esta canción maravillosa. Los maestros tenemos valores. Ellos están muy acostumbrados a los que tienen precio.

Por eso no nos rendimos. Por eso no nos arrodillamos. Por eso esta dignidad blanca, esta dignidad que recorrió pueblos. Que hizo movilizaciones, marchas, que visitó a los vecinos, que realizó clases públicas; marchas de antorchas y una cantidad de acciones en cada lugar del país que fue construyendo esta gran marcha.

Miren, compañeros y compañeras, es un gran orgullo representarlos. Es un gran orgullo, y me llena de emoción, decir que nosotros tenemos valores, que tenemos dignidad, que no nos arrodillamos, decir que a pesar de las amenazas, de los aprietes, de lo que le hicieron a Roby, de lo que nos hicieron a todos, nosotros no nos rendimos. Nosotros seguimos peleando.

Quiero agradecer en nombre de todos mis compañeros de Ctera y de los gremios docentes, a los padres, a los sindicatos, a los estudiantes, por este gran abrazo que todos ustedes le dieron a Roberto Baradel y a su familia. A veces en estas discusiones que tenemos, realmente, hay cuestiones que se hacen muy difíciles más cuando se meten con tu familia, con tus pibes, por eso ha sido tan importante la solidaridad, el abrazo, el afecto y yo se los quiero decir, acá en esta plaza a todos ustedes.

Gracias, gracias, gracias. Gracias también a los compañeros de los gremios docentes.

La operación del gobierno nacional no empezó ayer ni la semana pasada. El gobierno nacional viene sosteniendo que la educación pública no sirve. El gobierno nacional viene diciendo que los maestros no estudiamos, que no nos capacitamos, desprecia a los científicos, universitarios. El gobierno nacional viene por la privatización, la mercantilización.

Por eso, compañeros y compañeras, nuestra tarea es una tarea difícil. Es como decía Fidel, va a debatir, es una batalla de ideas. Nosotros tenemos que militar en cada barrio, en cada ciudad, en cada lugar, fortaleciendo e impulsando los foros en defensa de la educación pública. Vienen por la educación, vienen por la mercantilización.

Esta marcha, para muchos de nosotros tiene recuerdos de la marcha blanca del 88 y también recuerda algo de la Carpa Blanca. Recuerda nuestras experiencias mejores de lucha, nuestros mejores logros y nuestras mejores peleas.

Miren, compañeros, si el gobierno no escucha a estos miles y miles de docentes, y a los que están en cada lugar del país, este conflicto no se va a solucionar.

Las llaves para destrabar el conflicto docente, las tiene el gobierno, no los trabajadores.

Por eso le decimos: Presidente Macri, ministro Bullrich, atiendan a los docentes, convoquen a las paritarias, sino el plan de lucha va a seguir.

El 30 todos a Plaza de Mayo. El 30 paro y movilización nacional. Paro y jornada nacional. Nos tienen que oír no sólo acá, nos tienen que oír en todas las escuelas de la patria. A militar, a fortalecer, a dialogar con los vecinos.

La Ley de Financiamiento Educativo, nosotros no la construimos en una oficina; no la construimos sentados en cómodos sillones, la Ley de Financiamiento Educativo, la construimos los maestros argentinos en las calles y peleando. ¿Y saben qué tenemos? Paciencia, compañeros, la misma paciencia que tenemos cuando enseñamos a sumar, cuando enseñamos a restar, cuando trabajamos un poema, cuando hablamos de literatura, de matemática, de historia o de música.

Esta paciencia, esta identidad del movimiento docente, que tanto tiene que ver con el trabajo que hacemos en el aula.

No somos cualquier identidad del trabajo, no somos mejores ni peores que ningún otro trabajador. Pero nuestro trabajo se sostiene en la esperanza de que esa canción, ese juego, esa fogata, esa frase que enseñamos muchos años después, 20 años después, se junte, se sintetice, cuando nos cruzamos con un pibe o una piba que conocimos cuando eran pequeños y nos dice: Hola seño, cómo está. No me puedo olvidar del poema, de la clase de Belgrano, de lo que me enseñaste. Orgullosos obstinadamente maestros.

Fuerza, fuerza. Paro, carpa, lucha, a seguir peleando.
Fuerza, la fuerza está en ustedes.

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