La CTA de los Trabajadores, junto a otras organizaciones sindicales, realiza una jornada de debate en la sede central del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor, con el objetivo de desarrollar, desde el movimiento obrero, propuestas de cara al futuro.

La actividad, donde participan también la CTA Autónoma, el Frente Sindical para el Modelo Nacional, la Corriente Federal de los Trabajadores y las 62 Organizaciones Peronistas, contará con cinco paneles donde se reflexionará en torno a los ejes: El trabajo en la era digital y la financiarización de la economía, Industria 2030, Energía y recursos naturales para todxs, El sistema de salud de lxs trabajadorxs y la sociedad, Comunicación popular y medios públicos y Educación y formación para un modelo productivo, nacional y popular.

La mesa de apertura tuvo las palabras de Paco Manrique, secretario general adjunto del SMATA; Dora Martínez, secretaria general adjunta de la CTA Autónoma; Horacio Valdez, dirigente del Sindicato del Vidrio; Héctor Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense y el secretario general de la CTA de los Trabajadores y diputado nacional, Hugo Yasky.

Intervención completa de Hugo Yasky

“Una alegría volver a encontrarnos otra vez acá en el Smata, en este sindicato con el que hemos logrado construir de alguna manera, esta unidad en la acción, junto con Camioneros, la Corriente Sindical, los Bancarios, los gremios de las regionales de la CGT y por supuesto con la CTA, el compañero Pablo Micheli.

Este reagrupamiento que ahora incorpora y es muy importante, los compañeros de las 62 Organizaciones, es la parte del movimiento sindical que reaccionó frente a un gobierno que desde el primer día mostró la agresividad que tenía hacia los sectores populares, hacia los trabajadores en particular. El movimiento sindical permanentemente en la mira.
No fue un gobierno más. No fue un gobierno que de pronto adquirió compromisos con el neoliberalismo, el FMI, que después podría haber entrado en crisis, como pasó con Menem, con el propio De la Rúa. Los dos tuvieron el mismo ministro de Economía, el máximo exponente del neoliberalismo criollo. La diferencia de este gobierno con los otros es que este gobierno tiene el respaldo orgánico de los grandes grupos financieros del país. La banca financiera es absolutamente identificable, con los postulados de este gobierno.
La Sociedad Rural, los grandes productores sojeros, las multinacionales, la Cámara de Comercio argentino-estadounidense, una y otra vez repite su apoyo y su aval a las políticas de Mauricio Macri. Los grandes dueños de los multimedios. Los dueños de lo que es ese otro sector que el gobierno intentó privilegiar, el sector minero. Son grandes grupos empresarios, multinacionales, que conforman esa especie de arco protector que tiene este gobierno.

Cuando uno lo ve a Macri, lo escucha hablar, siente que es un personaje que está a una distancia enorme de la fortaleza que en sí misma tiene el gobierno. Es decir, el personaje, el títere de todos esos poderosos intereses, es un personaje que si uno lo ve como individuo, piensa bueno, no puede ser que este personaje vuelva a ganar una elección en la Argentina después de todo lo que hizo, después de todo lo que sufrimos. Ése es el primer razonamiento que uno hace. Ahora, no se trata de ese títere, se trata de todo lo que lo sostiene y todo lo que está atrás y encima de eso el FMI, el Banco Mundial, Donald Trump, que fue quien levantó el teléfono para llamar al FMI y apretar a los alemanes y a los franceses que no querían liberar todo el dinero que se liberó para que este personaje, a costa del desastre que se profundiza pudiera llegar hasta la elección, con esta ficción de una economía estable. La única estabilidad que hay es que se siguen fugando cientos de millones de dólares de la Argentina todos los días. Éste es un país al que lo van a dejar destruido. Gane quien gane la elección.

Por supuesto es enorme la destrucción en términos sociales, innegable. El hambre, el drama de los jubilados, el drama de la gente que hoy no tiene otra posibilidad que ir a un comedor de un barrio, los despidos, los pequeños empresarios que se funden, los negocios que cierran. Pero para ellos eso es parte del camino que hay que transitar hacia esa nueva Argentina que todavía no pudieron concretar. Quedaron a mitad de camino. No pudieron llegar hasta el hueso. No pudieron concluir la obra que tenían en mente realizar, tal cual era su compromiso con esos grupos poderosos.
Y los que impedimos que esa obra se pudiera concretar, los que impedimos que pudieran haber llegado a liquidar totalmente el sistema jubilatorio, porque lo intentaron, en dos etapas, en la segunda quedaron frenados. Los que impedimos que no pudieran liquidar definitivamente, la protección laboral, la justicia laboral, los derechos; los que impedimos que pudieran llevar el ajuste hasta donde lo querían llevar, fue esta parte del movimiento sindical y las alianzas sociales que se activaron para ponerle freno a esta política depredadora y destructora del país.

Porque es verdad, cuando destruyen la industria; cuando destruyen el trabajo genuino, en blanco;cuando atacan a la educación pública, cuando desfinancian la salud, cuando arremeten contra la jubilación, nos ponen a nosotros en situación de reaccionar y no lo hacemos solamente para defender el salario, que sería legítimo, no lo hacemos solamente para defender nuestros propios derechos. Porque un país que no tiene industria, a la larga no tiene ningún derecho, porque nos convertimos en tierra arrasada. Un país que no tiene leyes laborales es Colombia, es Perú, es Paraguay, es México incluso, muchos países donde el trabajo es semi esclavo.
No hay que ir tan lejos ahora, Brasil, y ellos vienen para concluir el mandato inconcluso, pero además vienen ahora con el FMI, latiendo y soplándole la nuca. El FMI lo dijo ayer en el diario La Nación: “Reforma laboral, reforma previsional y liquidación del sistema de educación público. Eso es lo que ellos quieren para el segundo mandato.

Y cuando dicen, cómo un presidente hace campaña sin decir lo que propone, se asombran, como si fueran ingenuos. Es que no pueden decir lo que proponen, justamente porque están en campaña.
Hoy vamos a elaborar la propuesta, a pensar, discutir, a generar nuestra propia iniciativa. Pensando en dos cosas. En la mejor, que vamos a ganar la elección, que vamos a ir convocados por un gobierno, por un presidente, Alberto Fernández, que va a convocar al movimiento obrero, al movimiento sindical, a las organizaciones sociales, a los empresarios,sobre todo a los pequeños empresarios, a los científicos, a los rectores universitarios, al mundo que tiene que ver con la Argentina que quiere vivir del trabajo y no de la especulación. A refundar el contrato social. Ésa es la mejor hipótesis. Para eso tenemos que trabajar. Hay que militar para que el resultado en las Paso nos permita mirar octubre con la plena seguridad que vamos a ganar esas elecciones. Hay que militar para eso. Ésa es nuestra tarea central en este momento y no es contradictoria ni nos saca del compromiso que tenemos como militancia sindical.

¿Quién se puede engañar? ¿Quién puede pensar, como algunos dirigentes sindicales que la verdad, a mí me dan vergüenza, quién puede pensar que vamos a defender lo mismo nuestros derechos con un gobierno de los ricos para los ricos, que con un gobierno que surja de la elección popular de nuestro pueblo?

Los que dicen que el sindicalismo no se puede meter en una elección, ahora se convirtieron en una especie de monjita de jardín de infantes. Ahora de pronto son apolíticos, ahora de pronto dicen, no hay que meterse con lo electoral. Nos quieren meter gato por liebre. Pensemos que vamos a ganar la elección. Comprometámonos con todo, con los vecinos, con los compañeros de laburo, porque todavía tenemos muchos compañeros y compañeras que están dudando. Aunque sean diez, hay que convencerlos.

Pero también estamos preparándonos para el otro escenario. Porque si hubiera una derrota, van a venir en primer lugar y de manera directa por nosotros. Y para eso necesitamos la unidad del movimiento obrero, pero no una unidad que después signifique que vamos a estar todos unidos abajo de la mesa. Debe ser una unidad para poner al movimiento obrero de pie en la calle, ante cualquier eventualidad, para decirle si gana el gobierno de los ricos que no nos van a derrotar, que vamos a estar de pie y que por eso defendemos a Perón y Evita, y a los derechos laborales y sociales que son los que nos dieron nuestra historia.

Gracias compañeros, con todo a ganar las PASO y a poner el cuerpo”.

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