"Le pido a los que nos odian o nos ven como enemigos, que por favor se metan conmigo pero no con ella." No importa quién pronuncie esa frase, si es un dirigente kirchnerista o un macrista, si es radical o peronista. Cuando la política lleva a ese pedido, es que llegó a un punto de inflexión. Es una frase que define a los interpelados, que describe sus propósitos en forma descarnada. No importa de qué lado se pronuncia.