Decía el hashtag que circulaba anoche en Twitter, mientras la Corte Suprema de Brasil se aprestaba a dar luz verde para la prisión de Luiz Inácio Lula da Silva: #LulaValeALuta. Literalmente, Lula, vale la lucha. Era un ejercicio de la voluntad que buscaba sintonizar con el de Lula. A los 72 años, el ex presidente se mueve con la energía de un chico. Incluso hace fierros para soportar caravanas, actos y, como mínimo, un discurso de 45 minutos por día. Lula tiene la determinación de Espartaco, el esclavo que en el 73 antes de Cristo lideró en Roma una rebelión de los esclavos.