La jornada del martes 10 de octubre pasará a la historia en Francia como el primer paso de una larga marcha de resistencia: por primera vez en más de 10 años, todos los sindicatos del sector público unieron sus fuerzas para denunciar los efectos negativos de la avanzada del gobierno de Emmanuel Macron sobre sus derechos.

Se estima que unas 400.000 personas, según la Confederación General del Trabajo de Francia, se manifestaron, con huelgas y más de 130 movilizaciones en todo el país, en una jornada de la que participaron los sindicatos de trabajadores de la salud, la educación y el transporte, tanto el terrestre y el ferroviario, como el aeronáutico, entre muchos otros.

El gobierno del presidente francés -que hace algunas semanas presentó una reforma para flexibilizar el mercado laboral, con la excusa de reactivar el empleo en Francia- se enfrentó así a los sindicatos de trabajadores estatales, que rechazan el recorte previsto de cerca de 120.000 puestos en su sector, además del congelamiento de sus salarios y el cambio de sistema por el cual se regula el presentismo.

La imagen de Macron ya se ve afectada por la caída de su imagen: a menos de seis meses de haber asumido, su gobierno impulsa una serie de reformas que no son bien recibidas por la sociedad y provocan un malestar general. La avanzada contra los trabajadores del Estado es, además, particularmente simbólica: se trata de un grupo de presión indisociable de la idea de Francia y la república.

Desde la CTA-T expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores y trabajadoras franceses que enfrentan las avanzadas de derecha neoliberal, una experiencia que también nos atraviesa en la Argentina.

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