En unos días se apiñan hechos. La conjunción puede ser azarosa. Pero sabemos que hay fuerzas que producen azar, corrientes de opinión, solicitudes secretas. El aleteo de una mariposa puede señalar el instante para que todos se desencadenen. Le llamaríamos azar, entonces, a la causalidad ignota que los hace confluir. Son causas, no azares. Solo que indirectas, mediadas, que pueden prescindir de la intencionalidad.