Los triunfos del campo nacional son, por definición, épicos. No se derrota sólo al otro, se derrota la adversidad, la asimetría, el desbalance. Que las lanzas y boleadoras derrotan a las bayonetas es noticia y no al revés. Lo mismo con el agua hirviendo o las cadenas bajo el agua. La campaña del Frente de Todos, como muchas veces en nuestra historia, fue obligadamente creativa y artesanal, para compensar la diferencia de recursos técnicos y económicos. Entonces, hay mucho para festejar. Pero esos festejos no deben demorar el análisis.