Tengo amigos y familiares que votaron o piensan votar a Macri. Pocos, por suerte. No son las personas más cercanas a mi vida, pero son gente a la que quiero y valoro. En todos los casos son buena gente, laburantes, que suelen tener una mirada solidaria sobre los demás y que vuelcan esa mirada en comportamientos del mismo tipo en su trabajo, su familia, su entorno.