Ahora muere una mujer cada 18 horas

Desde la Secretaría de Género de la Central de Trabajadores de la Argentina vemos con enorme preocupación el creciente aumento de los femicidios en Argentina. En los últimos cuarenta y cinco días, contamos la escalofriante cifra de 1 mujer asesinada cada 18 hora, 56 en total. Frente a este alarmante contexto nos encontramos con un desfinanciamiento, de las ya pobres arcas, del organismo responsable de implementar las políticas para prevenir y atender la violencia contra las mujeres. Le recortaron 67 millones de pesos al Consejo Nacional de las Mujeres, según se ha dicho por error, cuando en verdad si se estuviera atendiendo a esta problemática con profundidad muchos cientos de miles de millones más son los que se deberían estar destinando.

Preferimos no usar la palabra emergencia para definir dónde nos encontramos con el tema de la violencia contra las mujeres, porque se la ha vaciado de sentido. Se votan emergencias, que dejan la conciencia tranquila, pero que de fondo nada reducen de las violencias, ni achican las distancias entre los planos formales, declarativos y las prácticas en políticas públicas e institucionales. Pero la verdad es que nos encontramos en situación de urgencia, de necesidad perentoria de producir acciones que impacten decididamente en cambios que protejan la vida, la salud y la integridad de las mujeres. Hacer esto no es delegable, ni tampoco es posible esperar que se concrete desde un gobierno nacional, que viene desguazando las principales políticas de estado destinadas a enfrentar problemáticas sociales, sanitarias y comunitarias. Debemos convocar a un gran encuentro de debate nacional, con presencias multisectoriales, donde estén las principales referencias en esta temática. Desde los ámbitos académicos, de la salud, los espacios de atención, la educación, la justicia, la seguridad, las organizaciones sociales y comunitarias. Es necesario construir un gran consenso nacional para promover políticas y monitorear su efectiva implementación.

Lo venimos diciendo desde hace años: nos duelen los nombres que se suman a diario a la enorme lista de víctimas de la violencia machista y patriarcal. Como nos duelen todas las otras que todavía no ingresaron, pero pueden hacerlo de manera inminente. Ella, ellas, pueden ser tu hermana, tu prima, tu mamá, tu vecina, podés ser vos. Esta cotidianidad y actualidad de la violencia contra las mujeres, nos reclama todavía un poco más de lo que cada persona y organización viene haciendo para abordar la problemática de la violencia.. No queremos discursos, ni sonrisas, queremos respuestas efectivas y concretas. Exigimos al gobierno nacional que restituya los fondos presupuestarios para violencia del Consejo Nacional de las Mujeres y que actúe con la urgencia que demandan las crónicas de muertes anunciadas.