Avanzan los despidos y la flexibilización laboral. FATE y Coca Cola presentaron Procedimientos Preventivos de Crisis ante el ministerio de trabajo para recortar derechos de los trabajadores. Llevan adelante una precarización de los empleos al tiempo que implementan un plan de ajuste. Los efectos de la crisis llegan a las industrias grandes: en FATE los despidos llegarían a 430 mientras la producción automotriz está un piso histórico.

“La empresa pasó otras crisis, hubieron suspensiones y conflictos, pero nunca algo tan abrupto como lo que están anunciando ahora”, aseguró a Nuestras Voces Fernando Vila, uno de los 1600 trabajadores de FATE. La compañía solicitó un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). A pesar que este jueves se reunieron en la Secretaría de Trabajo junto con funcionarios y los representantes del sindicato, aún no se conocen los detalles del plan de reestructuración que podría dejar a 430 empleados en la calle. Un día antes se supo que Coca Cola también presentó un PPC. Desde el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) aseguran que se trata de una estrategia de las empresas con el gobierno para avanzar con la flexibilización laboral de hecho. Las partes fueron convocadas a una nueva audiencia para el 28 de febrero. Mientras la energía representa un 50% del total del costo del producto y el empleo solo entre un 10% y un 12%. Pero una vez más la variable de ajuste son los trabajadores.

En otras épocas de crisis, la política de la empresa fue invertir para enfrentar las dificultades. Pero a tres años de gobierno de Mauricio Macri FATE pretende eliminar turnos de producción por la caída de las ventas. La capacidad ociosa de la industria de productos de plástico y caucho alcanza actualmente el 52,8%, mientras que en la producción de automóviles, según los últimos datos oficiales, llega al 74,6%.

Tras la crisis de 2001, el sector automotriz tuvo en 2002 su punto de menor producción de autos, con un número final de 82.345 unidades fabricadas. Luego comenzó un ciclo de expansión que tuvo sus mejores resultados en 2011 con 828.771 autos producidos.

Pero durante los gobiernos kirchneristas también se desarrollaron otras políticas que permitieron el crecimiento de la industria del neumático. En 2012 FATE inauguró la primer etapa de la ampliación de la planta de neumáticos radiales para camiones y ómnibus junto a la entonces ministra de Industria, Débora Giorgi, y con la entonces Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por videoconferencia. “El crecimiento del sector de los neumáticos responde al incremento en los transportes de carga, y va de la mano de las políticas impulsadas por este gobierno, para que la industria automotriz esté cada vez más integrada. Al buen momento de la industria automotriz, que año a año marca récords de producción, se le suma una industria nacional de neumáticos que crece en producción, integración nacional y que genera millonarias inversiones de las empresas más importantes radicadas en el país”, aseguró ese día la ministra.

Hoy, una de las causas de la crisis de la empresa, aunque no la única, está relacionada con la caída de la producción de autos en el país, que en 2018 fue la más baja de los últimos 12 años. Pero también inciden en los números el costo de la energía que, en términos relativos, es muy superior al costo laboral. Según Pedro Wasiejko, Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Industria, Servicios y Afines (FeTIA-CTA) y ex titular del SUTNA, del costo de fabricación, alrededor del 50% es energía, 20% insumos y el otro 30% está vinculado con distintas cuestiones, entre ellas el costo laboral, logística, publicidad, por mencionar algunos. Si tomamos el precio de venta de la cubierta salida de fábrica, el costo laboral oscila entre el 10 y el 12 por ciento según los balances”.

Sin embargo la variable de ajuste es siempre la misma. “Cuando renovamos el Convenio Colectivo de Trabajo en 2006 la empresa se negó a incluir una cláusula de participación de los trabajadores en las ganancias como habíamos hecho en Firestone. Ahora, una vez más, les hacen pagar a ellos por las pérdidas”, aseguró Wasiejko.

En 1997 FATE cambió el sistema de producción por un esquema que se conoce como 7×2, 7×2, 7×3. Esto significa que los empleados trabajan siete días seguidos por dos y tres de descanso respectivamente. El cambio de sistema también implicó la contratación de más personal. De esa manera lograron mantener la planta en actividad todos los días de la semana. Según el ex titular del SUTNA, “para ellos era una pérdida tener a la empresa parada 54 domingos por año. Con ese cambio ganaron todos. Ellos al no tener que parar la producción y los trabajadores, si bien tenían que ir a la fábrica varios domingos por año, redujeron la carga horaria semanal y mejoraron su ingreso”.

Hoy la intención de la empresa es volver al sistema anterior de seis días de trabajo por uno de descanso. Pero, advirtió Wasiejko, detrás de los despidos también está la intención de realizar una reforma laboral encubierta. De hecho en algunos sectores como el que se denomina “Diagonal” ya volvieron al 6×1 y la intención de la empresa es que todas las áreas implementen ese modelo. El cambio, explicó Maximiliano Bronzuoli, actual secretario gremial del SUTNA, se hizo el año pasado a partir de una negociación con la empresa para evitar suspensiones y resaltó que en ese acuerdo lograron un plus salarial para que el cambio no impactara en el bolsillo. Sin embargo, trabajadores del sector explicaron que la asamblea en la que aprobaron dicho acuerdo sólo participó uno de los turnos y que el cambio no fue beneficioso. “Engañaron a los trabajadores. Con ese sistema se trabaja hasta el sábado a las dos de la tarde y se ingresa recién el domingo a la noche. Sin embargo, lo que implementaron esta vez fue diferente. En lugar de trabajar hasta las dos, nos tenemos que quedar hasta las diez de la noche y en lugar de ingresar el domingo a la noche entramos el lunes. Esto se hizo en principio para tener más horas al 100 % el sábado, aunque el sindicato también había prometido que serían al 200%, una de las tantas promesas incumplidas. Pero si uno saca la cuenta, uno trabaja entre 20 y 24 días más al año, perdés francos, perdés con las vacaciones porque no las podes enganchar con los francos y supuestamente hay un plus por la perdida de la rotación y las horas nocturna, que es un adicional, pero ese plus no llega a contemplar toda la pérdida de modo que estamos cobrando arlededor de mil pesos menos por quincena y en la actual situación, con la inflación y los tarifazos se siente”, expresó un trabajador del sector que pidió reserva de identidad por temor a represalias por parte de la empresa y sobre todo en un marco de alta incertidumbre.

Además, en el mismo sentido que advirtió Wasiejko en relación al avance de una flexibilización laboral de hecho, el trabajador señaló que estos últimos años las autoridades de la fábrica también ejercen una mayor presión en contra del personal. “Por convenio los tiempos de descanso están estipulados, pero la empresa en el último tiempo está intentando avanzar en recortarlos e incluso en hacer que se trabaje hasta más tarde. Por ejemplo en el sector en el que yo estoy, como se hace un trabajo pesado, manual, había una suerte de acuerdo tácito que si uno cumplía con la producción podía terminar antes. Este último tiempo eso fue cambiando”.

Entre las causas de la crisis, Wasiejko destaca la política del gobierno nacional en relación con la apertura del mercado externo, el incremento de todos los costos de producción, fundamentalmente con las tarifas, el deterioro del mercado interno desde el punto de vista de la reducción del poder adquisitivo del salario. Uno puede estirar la compra de una cubierta al año próximo, pero la comida no es un gasto que se puede postergar. Y apenas hay crisis como esta, la gente deja de comprar autos y poco tiempo después deja de comprar cubiertas. Las causas son eminentemente económicas pero también hay una responsabilidad empresaria. Una empresa que no se prepara para el mundo globalizado, que no tiene una estrategia para ver cómo garantiza colocar su producción en diferentes mercados, es una empresa que tiene una mirada corta. Y por otro lado, la política del sindicato tampoco ayuda porque ha fomentado la división y ha debilitado al gremio”.

Lo cierto es que FATE a fines de 2015 tenía 1720 trabajadores bajo convenio y hoy ronda los 1600, según datos del SUTNA. De avanzar en el PPC la planta se reduciría en un 25%. “Si bien los últimos dos balances dieron pérdidas, de 2015 a 2016 tuvieron ganancias. Para justificar el Proceso Preventivo de Crisis las pérdidas tienen que ser continuas”, señaló Bronzuoli. Según los números de la empresa, en el ejercicio 2015-2016 la ganancia fue de 251,3 millones de pesos, mientras que en 2016-2017 la pérdida alcanzó los 125,5 millones; 173,2 en 2017-2018 y 483 millones entre julio de 2018 y diciembre de ese año, siempre según datos de FATE. Desde el gremio reclamaron que la compañía es parte del Grupo Madanes, dueño de ALUAR y de la Hidroeléctrica Futaleufú. “Son empresas que producen ganancias millonarias y pueden sustentar a FATE si está en un momento de baja en la producción”.

En la reunión que mantuvieron este jueves en la Secretaría de Trabajo la empresa completó documentación respecto a la situación de los últimos meses de 2018 y el SUTNA expresó su rechazo al PPC. “Lo que quieren hacer es flexibilizar el Convenio Colectivo de Trabajo. Lo que no lograron hacer en el Congreso lo quieren imponer de hecho a través de estos procesos”, aseguró Bronzuoli.

Víctor Alcaraz trabaja en el sector de neumáticos para camiones. Ingresó en julio de 2004. En ese momento en su área se hacían aproximadamente 500 cubiertas por día y hoy la planta está en condiciones de realizar 1800 diariamente. “Este crecimiento lo logramos junto con la empresa.Cada una de las partes puso su granito de arena. En el caso nuestro al ser máquinas más modernas tuvimos que trabajar más para realizar mayor producción y cuando fue necesario colaborar con horas extras, para cubrir vacaciones o enfermedades de algún compañero también lo hicimos. Ahora nos encontramos con la noticia que la empresa presenta un preventivo de crisis ante las autoridades del ministerio y eso nos mantiene con incertidumbre ya que se habla de unos 400 compañeros que podrían quedar en la calle. Nosotros desde adentro no vemos ninguna crisis ya que en el sector de Camión no bajo la producción en ningún momento.

Las perspectivas de trabajo en caso que haya trabajo son pocas, ya que desde que asumió Macri lo único que escuchamos es que cierran fábricas”.

Alcaráz sabe de qué habla. Hace pocas semanas, en Gualeguaychú cerró su planta la empresa Imperial Cord que producía neumáticos para motos y bicicletas. La firma llegó a producir en su mejor momento 21 mil cubiertas diarias distribuidas en tres turnos. En 2016 la planta comenzó con un programa de reducción de personal, el cual se extendió en los dos años siguientes hasta llegar a 50 empleados, un tercio de los que tuvo entre 2003 y 2011. En enero de este año anunció el cierre definitivo de sus puertas.

(Artículo publicado en NuestrasVoces)

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