Se realizó el 6, 7 y 8 de octubre en Posadas, Misiones, el 27º Encuentro Nacional de Mujeres de la Argentina. Cita que nos dio la oportunidad de encontrarnos con mujeres de todo el país, de diferentes espacios políticos, sociales, culturales y que nos permitió a las compañeras de la CTA encontrarnos con mayor fuerza y organización.

Allí estuvieron presentes muchas delegaciones de diferentes distritos de la Provincia de Buenos Aires, Capital, del NEA, NOA y Región Centro. Las distancias hicieron que la presencia sureña sea menor que otros años.
Estos encuentros nacionales son difíciles de explicar desde las lógicas tradicionales de construcción, ya que no tienen ni estructuras ni allí se toman decisiones al estilo de las organizaciones conocidas. Es un espacio muy importante del movimiento de mujeres, porque contribuye a renovar la agenda política y reivindicativa. Que luego cada espacio concretará desde su propia institucionalidad, su posición respecto al contexto político y social, sus iniciativas y alianzas. Es una experiencia de participación colectiva que se renueva cada año, que nos permite vivir la alegría del encuentro con mujeres de todo el país, muchas veces desconocidas pero cercanas políticamente; tanto como nos confronta también con las diferencias, las disputas políticas e ideológicas, muchas veces con grandes antagonismos presentes, mucha confrontación, mucho debate e intercambio.
Seguramente los relatos y crónicas de cada delegación nos permitirán construir el recorrido de las experiencias colectivas e individuales. Algunos de los aspectos que desearía compartir tienen que ver con algo de lo que da cuenta de la nueva época en nuestro país, la militancia que se incorpora a la política y las constantes luchas que nos siguen acompañando. Los talleres como siempre numerosísimos. Enorme la presencia del debate a favor del derechos al aborto, tanto en las comisiones específicas, como en los pañuelos verdes que engalanaron la marea de mujeres que recorría Posadas, luciendo este emblema por el derecho a decidir. El tema de violencia y trata de mujeres tuvo una gran visibilidad, no sólo en el debate en las comisiones sino también en las acciones paralelas, artísticas y de denuncias concretas. En este sentido hacemos nuestro el reclamo de los familiares de las dos jóvenes desaparecidas hace casi un mes en Jujuy, Celeste Mendoza (15 años) y Antonella Ramos (14 años). Allí estuvimos acompañando a María Mendoza, la hermana de Celeste, que recorrió las comisiones y distintos eventos del encuentro para denunciar esta situación y reclamar contra la inacción de la justicia en su Provincia.
Se destacó, como señal de cambio de época, la gran cantidad de asistentes a los talleres de trabajo y sindicalismo. Antes crecían los de desocupación y pobreza. En cambio en este encuentro se multiplicaron la apertura de comisiones que discutían el movimiento sindical, el rol de las/os delegados, el trabajo registrado, la democracia sindical. Como en todos los talleres, hubo grandes diferencias respecto a la coyuntura del país y la región, pero con el dato ineludible de discusiones enmarcadas en una perspectiva de debate por más calidad en el empleo, por el rol del Estado, las políticas de inclusión y de igualdad.

En general la presencia del activismo más radicalizado, expresado en los diferentes partidos tradicionales identificados con el ideario de la izquierda, tuvo una voz muy fuerte en los encuentros nacionales; garantizada a partir de contar con la presencia de un activo militante muy organizado para participar e impulsar sus consignas con fuerza en los talleres y los distintos momentos del Encuentro. Sin embargo estos últimos años empezaron a escucharse otras voces, que dan cuenta de otras miradas respecto a la realidad social, económica y política de nuestro país. Voces de mujeres, muchas jóvenes también, que reconocen la necesidad de seguir construyendo más estado, mayor inclusión, más igualdad, pero que entienden que esto será posible vacando lo conquistado hasta aquí y también será posible con la continuidad del proyecto iniciado en el año 2003 en la Argentina, que se inscribe en una alianza estratégica con los gobiernos populares de la región.

Las voces de fuerzas políticas y sociales del espacio nacional, popular y democrático crecieron en el Encuentro. Para el año próximo en San Juan el desafío es redoblar la apuesta. El Encuentro Nacional de Mujeres es un espacio de todas. Sabemos que unidas y organizadas lograremos que una multiplicidad de voces puedan escucharse, encontrarse y festejar la alegría de la militancia, del compromiso y saber que los cambios no se delegan, se construyen con la participación.

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