CTA de los Trabajadores, ATE Capital y Conadu, junto a numerosas organizaciones de la comunidad científica y académica, realizaron una toma simbólica del Ministerio de Ciencia, en el barrio porteño de Palermo, a modo de protesta por el recorte presupuestario en el sector.

En diálogo con Radio Central, el secretario general adjunto de ATE Capital y delegado general de ATE Conicet, Manolo Sueiro, se refirió al reclamo: “La protesta viene en consonancia con acciones que venimos desarrollando desde el momento en que se hizo notoria la propuesta del presupuesto para el año 2017, por parte del gobierno nacional en el área de Ciencia y Tecnología, y en particular en el Conicet, donde tuvo no sólo un fuerte recorte sino que en principio venía con la eliminación de unos artículos que permitían que el organismo tuviera, dentro de la autarquía que lo tenía caracterizado desde el 2002 hasta el 2015, la posibilidad de designar científicos y técnicos dentro de la jurisdicción, sin recorrer el camino administrativo burocrático que le compete al resto de la administración pública. Pero no en una suerte de privilegio sino en la celeridad del tiempo que requiere incorporar a esos compañeros a los grupos de investigación, a los laboratorios, porque cada día, cada semana que pasa dilata la posibilidad de seguir avanzando en líneas de investigación”.

En el mismo sentido, Sueiro rememoró la jornada histórica del 27 de octubre donde la comunidad científica, junto al reclamo del sector universitario, demandó frente al Congreso de la Nación la modificación del presupuesto y alertó sobre el fuerte ajuste. “Nuestros compañeros y compañeras interactúan con las universidades donde también están los grupos de investigación y los laboratorios. El Conicet tiene doble pertenencia en muchos lugares del país donde la sede física de nuestro instituto y de nuestro grupo de investigación se dan dentro de la órbita de la universidad”. Además, agregó: “Esa movilización tuvo una primera respuesta, que fue la rectificación y la eliminación de esos artículos, para volver a otorgarle al Conicet la posibilidad de seguir designando pero sabiendo que nos íbamos a encontrar con una serie de dificultades que tenían que ver con una reducción presupuestaria y lo que es peor, con una fuerte baja en los fondos destinados a equipamientos, infraestructura e insumos. Es decir, el Conicet tiene un presupuesto aprobado en 10 mil millones de pesos de los cuales 7 mil millones están destinados al pago de salarios de todos los trabajadores a lo largo y ancho del país, con lo cual queda un remanente que obviamente no va a alcanzar a cubrir las necesidades indispensables que tienen todos los grupos de investigación, los más de 240 laboratorios y centros científicos que están desplegados desde Ushuaia a Jujuy”.

El Plan Argentina Innovadora 2020 es un programa aprobado por el Ministerio de Ciencia en 2013, con la firma del actual ministro, Lino Barañao, que establecía el propósito de incorporar 10 mil científicos argentinos en 2015, lo cual se cumplió, y de elevar la planta a 15 mil en 2020, es decir, un investigador cada 5 mil habitantes, “tratando de fortalecer la interacción entre el sistema científico argentino y las necesidades regionales, estableciendo áreas de vacancia en materia de investigación”, en palabras del delegado general de ATE Conicet. Para eso, se necesitaba un crecimiento del 10 por ciento anual en la cantidad de ingresantes del Conicet hasta 2018, algo que se venía cumpliendo y ahora se interrumpió. Asimismo, Sueiro describió: “Una planificación que tenía que ver con un Estado que formulaba políticas en materia de científica tecnológica y que hoy ha sido brutalmente amputado no solamente por el presupuesto sino por las propias declaraciones que llevó adelante el ministro Barañao, en una primera etapa, y luego el presidente del Conicet, el doctor Alejandro Ceccato que planteó que había que repensar el plan, que no es necesario incorporar esa magnitud de investigadores al sistema científico y lo que es más grave, diciendo que en Argentina, un país donde hay un 30% de desocupados y de pobreza, tener tamaña magnitud de investigadores no era prioritario y que había que atender fundamentalmente a esos sectores”.

En tanto, Sueiro sentenció: “No hay ninguna posibilidad de combatir la pobreza y la desigualdad en la Argentina si no va de la mano de un desarrollo tecnológico, de un desarrollo que dé cuenta de la necesidades regionales en cada país, que formule políticas que ayuden al resto de las jurisdicciones del Estado a entender dónde hay que establecer las prioridades a atender. Pero claramente estamos desacoplados porque venimos de un proceso político que entendía que las políticas públicas eran centrales. Estamos en un cambio de época importante y esto hizo que impactara fuertemente, ante el anuncio y un proceso que venía hasta el año pasado incorporando un promedio de 700, 800 investigadores al sistema, el directorio no tuvo otra alternativa que salir a plantear que para el año que viene, producto del concurso y la selección que se realizó en el 2016, que ingresaran la mitad. Es decir, están ingresando al sistema científico 450 investigadores durante el año 2017 y durante el 2018, no sabemos. Queda una gran incertidumbre porque con la proyección presupuestaria que recién señalaba, producto del desfinanciamiento y del desmantelamiento las políticas públicas, se hace muy difícil seguir sosteniendo el sistema científico al ritmo que venía funcionando”.

También, el secretario general adjunto de ATE Capital resaltó la importancia del desarrollo de la investigación científica para el conjunto del país. “El sistema científico es un capital social que es patrimonio de todos los argentinos. No de un gobierno, no de una gestión, no de un funcionario. Entonces, así como a todos nos gustó haber lanzado un satélite al espacio, la construcción de Atucha y la profundización de la planificación de Arsat, este gobierno ha venido a desarticular todo eso y ahora le plantea a la comunidad científica que se dedique a elaborar papers, cuando fue el propio organismo el que estableció las reglas del juego de la producción científica. Nosotros queremos discutir todo pero fundamentalmente que los responsables, que parecería que son bipolares, porque si hace dos años anunciaron un plan estratégico y ahora vienen a destruirlo, o den un paso al costado o entiendan que hay una comunidad científica que está dispuesta a enfrentar y a defender una planificación que se hizo carne en cada uno de los compañeros del sector”.

Para concluir, subrayó: “Todo lo que se está poniendo en juego es inversión pública que hizo la sociedad. Todos los becarios que están dentro del sistema científico argentino vienen con un proceso de transitar cinco años en ese régimen de formación; de doctorarse, de graduarse, de llevar adelante los primeros instrumentos en materia de línea de investigación, de empezar a interactuar en grupos de ensayo, de diseño, a lo largo y ancho del país. Estamos hablando de compañeros y compañeras que se incorporaron en el 2005, 2006, 2007, en adelante, porque hoy a los compañeros que les están diciendo que no pueden ingresar fueron becarios durante los últimos seis años ¿Qué va a pasar con los compañeros que hoy están transitando ese proceso? Ese es el horizonte que vienen a nublar, ese el camino que vienen a destruir. Vienen a generar una grieta infernal, a implotar al sistema científico y esto es lo que los compañeros no están dispuestos a permitir y fundamentalmente las organizaciones sindicales y todas las organizaciones, con los colectivos académicos, estamos dispuestos a construir unidad y una estrategia de defensa que va a ir creciendo”.

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