Entrevista exclusiva para CTA de los Trabajadores a Martiniano Jones Huala, miembro y uno de los representantes de la Comunidad (lof) RESISTENCIA CUSHAMEN. Además, es tío de Emilio Jones Huala, quien recibió un tiro en el cuello durante la represión al pueblo mapuche, y también de Fausto Jones Huala, que fue herido en una oreja. Éstos dos son a su vez hermanos del lonko, jefe de la comunidad, Facundo Jones Huala.

Represión a la comunidad LOF Resistencia Cushamen

Martiniano Jones Huala. Puerta de los Tribunales Esquel, exclusivo para CTA de los Trabajadores de Chubut y CTA Nacional

Martiniano: Para mí, como trabajador es un placer hablar con ustedes, porque conozco bastante de ese rubro porque soy constructor natural, hago casas de barro. No es para difundir lo que hago yo, sino para decir que para nosotros, los mapuches, el trabajo es muy importante, más allá que muchas veces nos hayan querido tildar de vagos, de borrachos, todas esas cosas. Somos los mapuches los que hacemos el trabajo más duro siempre. No es siquiera para victimizarnos, sino para plantear una realidad, que existe. Así que es un placer poder mandarles un saludo a todos los trabajadores que están ahí y decirles que uno no tiene que quedarse con un oficio, con el que tiene, sino tiene que ir profundizando un poco más en los aspectos sociales que son tan importantes, que en definitiva van repercutiendo después en el futuro, con los chicos, con todo, y terminamos armando en conjunto una sociedad que debería ser buena para todos. Es la que está faltando ahora. Por eso es que ahora los mapuches ya tenemos una forma de vida milenaria. Hemos decidido en un proceso de 20 años que llevamos, volver a recomponer, porque lo que queremos ser es eso, ser mapuches.

Entonces hemos iniciado la recuperación de tierras productivas en el año 2015, que deben saber que eso molestó mucho porque fuimos en contra de un multimillonario. Y eso fue estratégico, porque hubiese sido más sencillo poder recuperar cualquier otra tierra de cualquier otra persona que tuviera menos poder. Pero la lucha o se hace grande o no se hace nada. Nosotros estamos en ese proceso. No sé cómo será el final, es una película que me gustaría ver, no sé si podré. Más allá del hostigamiento, la persecución, lo estoy disfrutando. Yo soy de Cushamen, me vine a los 9 años por la miseria, por el despojo y crecí aquí en Esquel, en los barrios, pero siempre me tiró mi comunidad, toda la vida.

Somos una familia grande, 12 hermanos y debe haber sido que alguien me dijo que debía seguir con esto. Mis hermanos participan pero no con este arraigo que uno tiene. Yo decidí seguir viviendo y trabajar, hacer oídos sordos y trabajar. Hay algo interior que llama, tira permanentemente. Que no te deja vivir y te obliga a hacer lo que tenés que hacer. Estamos en eso. En esa persecución de nuestra identidad que es tan importante para nosotros. Eso te lleva a chocar con intereses internacionales. Acá estamos aguantando.

Inauguré la Ley Antiterrorista acá. En Esquel me conoce todo el mundo. Dicen, Martiniano, están locos, qué te pasa? ¿Te volviste terrorista? Me decían los muchachos que me conocen del trabajo, de toda la vida. Pero no, hay gente que no sabe dónde ubicarte cuando hacés un reclamo para nosotros muy justo, te ubican donde quieren y los medios se encargan de hacer los comentarios que quieren y la que más les conviene.

Así que bueno. En este momento estamos acá, luego de sufrir muchas persecuciones. Tuvimos al lonko (cacique), que es mi sobrino, Francisco Jones Huala preso, perseguido. Lo querían extraditar a Chile, por unas causas que se le estaban armando ahí. Nunca pudieron probar nada y después siguieron con el resto de nosotros.

Ya me olvidé de la cantidad de allanamientos que sufrimos. Pero esto ha sido muy violento.

Parecía que se había encaminado esto. Habíamos entrado en una mesa de diálogo a través de La Trochita. El diálogo es muy importante para nosotros sobre todo, ya que no tenemos poderío ni arsenal para defendernos. Hacemos la autodefensa con piedras, con gomeras, con lo que sea. Y así nos va. A nosotros nos atacan con balas de plomo muchas veces. A veces con balas de fogueo.

Ayer, anteayer, sufrimos una represión muy fuerte en el LOF. Fueron 250 gendarmes que entraron contra 10 personas que había en ese momento. Nosotros debemos trabajar para vivir. Hay algunos que salimos a trabajar. Es toda una reconstrucción, con todo lo que eso significa. En ese momento había 10 personas adultas y cuatro menores entre 4 y 8 años.

El enfrentamiento duró lo que dura un plumazo. Un minuto. Quedaron todos esposados y según el juez Otranto, era para despejar la vía del tren, que según ellos estaba obstaculizada. Esto no hubiera sucedido si la mesa de negociaciones hubiese seguido. Cuando hablábamos de organización era eso. Debería recordar que la Constitución y en el Convenio169 dicen que si hay un pueblo originario y una ruta va a pasar por ahí se debe pedir autorización. Con el tema de las vías del tren, deberían haber avisado con tiempo y no hubiera habido ningún problema. El tren iba a seguir pasando. Un tren que dejó de cumplir una función social hace muchos años. Los que vivimos acá sabemos de qué estamos hablando. Pero bueno, les ha quedado la excusa perfecta para ir a reprimirnos.

Eso es lo que hemos sufrido en estos días.
Nos detuvieron a tres de los peñi (hermano) que los trajeron a la cárcel directamente, porque es jurisdicción federal. A la tarde, cuando abrieron la ruta llegamos nosotros. Los familiares, la red de apoyo, y cuando estábamos saludando, suena el teléfono y me llama un vecino de ahí arriba avisándome que se estaban llevando los animales por atrás, que tanto nos ha costado tener. Se los estaba llevando Gendarmería así que armamos un grupo de peñi para intentar recuperar los animales. Hubo un enfrentamiento y trajeron 7 peñis más que son los que tenemos acá detenidos hoy. Éstos por la justicia provincial.

Bueno, estamos esperando ver qué sucede. No quería dejar pasar lo que pasó ayer tampoco. Estábamos ayer en el Juzgado Federal todo el día manifestando. Se está acercando mucha gente consciente de lo que está pasando. Cada vez más. El juez Otranto tardó mucho en darnos el veredicto negativo a las 10 de la noche. A las 19:30 más o menos, volvieron a ir allá la infantería. Con un furgón de la policía de la provincia. Fueron a reprimir violentamente. Hirieron a mi sobrino Emilio, que prácticamente le arrancaron la mandíbula. El otro herido fue Fausto Jones Huala, que en estos momentos está con traumatismo de cráneo, en terapia intensiva. Emilio está un poco más estable. Lo trasladaron a Bariloche porque deben hacerle un transplante.

Ése es el precio que estamos pagando por reivindicarnos como pueblo. Esto nosotros lo decimos permanentemente. Vamos a seguir porque la convicción es más fuerte que uno mismo. Entonces tiene que seguir. Ésa es más o menos la situación que estamos viviendo hasta el momento.

CTA Chubut: Bueno, agradecido Martiniano. Siempre contás con la CTA de los Trabajadores, con la ATECH también. Siempre vamos a estar acompañándolos porque la lucha es la misma, la de los trabajadores, la del pueblo. Fuerza, para adelante y ni un paso atrás.

Martiniano: El agradecido soy yo, porque me dan la posibilidad de decir lo que uno siente. Lo que ves acá es lo que somos nosotros. Siempre digo cuando nos quieren tildar de tantas cosas, nosotros somos vecinos, lo que proponemos como pueblo, seguramente a la larga les va a a servir a toda la sociedad. Porque debemos aprender a vivir en la diversidad. El pueblo mapuche y la sociedad. Esto es muy importante. Hoy a nosotros se nos quiere imponer una cultura permanentemente. No quieren dejarnos vivir como lo que somos, mapuches. Eso a nosotros nos duele, nos choca. No podemos ser otra cosa que ser mapuches. Por eso estamos en esta situación. Ojalá que algún día se pueda explicar mejor. Que los chicos en la escuela puedan entender qué es ser mapuche.

A los trabajadores, eso. Que sigamos luchando. Que no nos quedemos simplemente con ir a trabajar, volver a la casa y mirar Tinelli. Hay mucho más que eso para armar una sociedad que sea buena para todos. Que se despierten un poquito y empiecen a participar. Sé que no es fácil trabajar en los grupos. Pero es la única manera. Uno no puede tener una idea y guardársela. No le sirve a nadie. Lo mejor es participar, decir lo que uno siente Muchos estarán de acuerdo, muchos no, pero somos libres, y nos vamos a dormir tranquilos con nuestra conciencia. Ojalá que muchos pudiéramos hacer esto.

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