A los que aún hoy, después de tantos golpes, no aceptan como cosa natural lo que parece habitual, por más que ello ocupe la primera plana de los diarios, cuente con el respaldo de fallos de la Corte y sea, cada día, la mentira que se convierte en verdad a fuerza de ser repetida, una y otra vez, en la pantalla de los multimedios.