Ante todo quiero dar un saludo fraterno a todos los compañeros delegados de este tan importante congreso. Felicitar al secretariado por la organización, no solamente la parte técnica, sino en la profundidad del debate y posibilitar que todos podamos expresarnos, dar nuestro apoyo y recibir, que es algo tan importante para nuestro fortalecimiento, el saludo, la solidaridad de tantas centrales y tantos amigos que tenemos.

Voy a reiterar un tema. Hoy es prioridad para los trabajadores y el pueblo todo, cuidar de la salud y la vida de nuestros compañeros, es por eso que nosotros planteamos vacunas para todos, que cesen las patentes y que haya una distribución justa y solidaria de los insumos y la tecnología para que permita que con soberanía cada país pueda y esté en condiciones de producir su propio proceso de curar y mejorar la salud de su pueblo. Para lograr eso es importante rescatar este concepto que ha planteado la CSA de convertirlo no sólo en un sindicalismo tradicional, sino en un sindicalismo sociopolítico, que incida y que juegue en todos los campos que tenga que jugar y hoy creo que el movimiento sindical es global, y nosotros somos una parte importante de ese sindicalismo, es exigir una nueva gobernanza global.

Ya vivimos la pandemia hoy, con la desgracia de muchas muertes por lo que significa este virus, pero venimos de otra pandemia también, que significó el neoliberalismo como gobernanza mundial. Hoy el sindicalismo plantea un nuevo contrato social y no debemos ir como invitados o para sacarnos una foto y que las cosas sigan tal cual. Tenemos que acumular poder y para acumular ese poder tenemos que generar la autorreforma, nuevas alianzas, un proceso unitario con nuestros compañeros sindicalistas y con todos los sectores populares que nos permitan la acumulación de fuerza para ir a ese diálogo social, a ese espacio y discusión de este nuevo contrato social de una nueva gobernanza global con el poder suficiente para modificar las cosas.

Creo que vamos en el camino correcto, vamos a ir a ese espacio con este documento que probablemente aprobemos, que son las herramientas fundamentales para ir a un debate que contenga los intereses no solo de los trabajadores sino del pueblo en su conjunto.

Otro tema es el lawfare. Nueva estrategia del imperio para generar dominio o reconquistar dominio luego de la década ganada en América Latina. Hablo de la experiencia argentina. Nosotros, después de cuatro años de resistencia, lucha, de estar en la calle, de un proceso muy importante de unidad de todos los sectores de la Argentina, hemos reconquistado el gobierno. Pero atentos, la reconquista del gobierno no significa reconquistar el poder para enfrentar a estos factores de poder, justamente, que son los dueños del dinero, de las empresas, los sectores más encumbrados del Poder Judicial y los medios.

Hoy vivimos en la Argentina un proceso de intento de desestabilización, luego de un proceso electoral contundente donde no cejan en su intención desestabilizar, irracionalmente oponerse a cualquier intento de una búsqueda de cuidar y proteger la salud de nuestro pueblo. Lo de Lula, el haber podido demostrar el lawfare en Brasil es un avance, pero vuelvo a advertir. Debemos fortalecernos y tener en cuenta que este poder sigue intacto y sigue golpeándonos. Es necesario generar un proceso de unidad para atacar, resistir y lograr un proceso democrático adecuado.

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