Los documentos dados a conocer ayer en Bolivia demuestran que, en noviembre de 2019, los golpistas de aquel país recibieron desde Argentina pertrechos militares para reprimir la resistencia popular.

La inobjetable evidencia presentada por el gobierno del compañero Lucho Arce pone de manifiesto que Mauricio Macri sabía de antemano que se tramaba un golpe de Estado contra el entonces presidente Evo Morales. También, la ausencia de registro de la operación en la Cancillería de nuestro país, indica que se trató de una operación tramada en las sombras por el gobierno de Macri y que fue articulada con idéntica maniobra ejecutada por el gobierno de Lenin Moreno en Ecuador. Esta articulación, desde luego, solo podía realizarla el verdadero mandante de los cómplices del golpismo boliviano, esto es, el gobierno de los Estados Unidos.

Pero si todo esto configura un delito de sedición contra un gobierno democrático -situación que está en las antípodas de la doctrina en nuestra Patria Grande y del sentir de nuestros pueblos hermanos- el uso de aquellas municiones enviadas por Macri y sus secuaces en las masacres de Sacaba y Senkata, pone a estos personajes siniestros en el marco del delito de lesa humanidad.

La CTA, por lo tanto, respalda con firmeza las decisiones de nuestro presidente, compañero Alberto Fernández, de pedir disculpas al pueblo de Bolivia y a su gobierno democráticamente electo y, al mismo tiempo, de iniciar las actuaciones correspondientes para llevar a juicio a los responsables de tamaños delitos.

Asimismo, y tal como lo hicimos durante el golpe de 2008, cuando nos acercamos a Bolivia para apoyar al compañero Evo Morales, hoy, en el Día de la Independencia, les hacemos llegar al compañero Lucho Arce y al digno pueblo boliviano nuestra más cálida solidaridad y nuestro compromiso indelegable de bregar para que los culpables de esos crímenes paguen con la cárcel.

Carlos Girotti
Secretario de Comunicación

Hugo Yasky
Secretario General

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