Los trabajadores y trabajadoras de ATE, del Consejo Directivo Capital Federal, asistimos en el día de hoy a la completa bancarrota del pequeño sector de la CTA que, encabezado por Pablo Micheli, volvió a perpetrar el fraude para apropiarse de la historia de nuestra organización. Es el fin de una penosa etapa de engaños; la consumación de la fractura de la Central a manos de una camarilla que decidió darle la espalda a los trabajadores en función de sus mezquinos intereses políticos e ideológicos.

Ocurre que hoy, luego del fraude cometido en las elecciones de nuestra CTA en el año 2010 -del que diéramos cuenta y que fuese constatado por diversas decisiones judiciales, incluso de la Corte Suprema de Justicia- pudimos advertir que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras estatales de ATE decidió no darle su aval a la convocatoria ilegítima e ilegal de Micheli.

Es difícil pensar que en la ATE de Germán Abdala, - ejemplo y referencia del movimiento sindical y de todo el campo nacional y popular donde decidía la Asamblea-, una jornada electoral fuera vivida, como ocurriese en el día de hoy, con indiferencia en algunos casos, en otros con la crítica y reproche, y en distintos distritos y lugares de trabajo con las urnas vacías.

No hay dudas: la gran mayoría de los trabajadores estatales afiliados a ATE y a la CTA hoy eligieron no participar en comicios que buscan fragmentar; que no ponen el debate franco de cara al conjunto y que pretendieron realizar como si fuera un ejemplo de democracia cuando, en verdad, sólo fue un fraude burdo y brutal.

En los sectores de trabajo pudimos ver supuestos lugares de votación anunciados, donde ni siquiera trajeron la urna; en aquellos lugares donde lo hicieron, queriendo invitar a un puñado de personas a participar, los trabajadores le dieron la espalda. La mayoría de las Juntas Internas de Delegados de ATE Capital optó por no participar ni avalar este proceso fraudulento, al igual que ocurriera en los Consejo Directivos de ATE de todo el País.

En otros casos, se anunciaron padrones por Internet, que incluían a compañeros fallecidos, o que renunciaron y/o que se desafiliaron de ATE y de la Central. Sectores de trabajo donde todos los compañeros fueron enviados a otro lugar, reproduciendo con ello una de las peores prácticas de la burocracia sindical, para introducir votos fraudulentos.

Hoy, los compañeros y compañeras afiliado/as de ATE y la CTA, en concordancia a lo ya resuelto por la Justicia nos hemos manifestado: la única forma de dejar definitivamente atrás la vergüenza y debilidad que debimos padecer todos por este proceso, es fortalecer a nuestra CTA mediante un proceso de normalización, con elecciones democráticas y ejemplares, donde las diferentes opciones y modelos sindicales se debatan en forma abierta y con la participación de todos los compañeros y poner así a la Central como garante de la profundización de la recuperación de derechos y distribución del ingreso.

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