Texto completo del discuso pronunciado por el compañero Presidente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 27 del corriente.

Presidente de Estados Unidos, hermano Antonio Gutiérrez, secretario de Naciones Unidas, hermanos presidentes, hermanas y hermanos del Consejo de Seguridad.
La Presidencia del Consejo de Seguridad ha convocado a sus miembros a debatir acerca de la no proliferación de armas de destrucción masiva.

Bolivia es parte de esa región declarada libre de armas nucleares desde hace más de medio siglo. Por ello debo recordar el Artículo 1 del Tratado sobre Prohibición de armas nucleares: “Cada Estado parte se compromete a nunca y bajo ninguna circunstancia, desarrollar, ensayar, producir, fabricar y adquirir de cualquier otro modo, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos nucleares”.

Convoco a todos los Estados sentados alrededor de esta mesa, a suscribir, ratificar y poner en efecto inmediato estas disposiciones. Ésa es la mejor manera de evitar la catastrófica posibilidad del uso de este tipo de armas. Es un imperativo ético y una deuda con las futuras generaciones.

Hermanas y hermanos del mundo: los Estados miembros del sistema de Naciones Unidas estamos obligados a cumplir con los postulados esenciales de la Carta de 1945, sobre todo el de resolver las controversias internacionales, mediante el uso de mecanismos de solución pacífica. En ninguno de estos cabe el uso de armas de ningún tipo, al contrario, es la negociación, la diplomacia, el diálogo y el arreglo judicial, los que deben orientar la actuación de los países. Bolivia está convencida de que solamente a través de estos medios lograremos sociedades más justas y con responsabilidades compartidas. Tenemos que ser capaces y dejar en el pasado el primitivo uso de las armas entre los pueblos.

Debo destacar como ejemplo, la contribución de la Corte Internacional de Justicia, principal órgano jurisdiccional del sistema de Naciones Unidas en la efectiva resolución de disputas entre Estados en diversas latitudes y por diferentes situaciones.

Hermanas y hermanos, estamos convencidos de que es imprescindible debatir no sólo sobre los efectos, sino sobre todo acerca de las causas estructurales de los conflictos bélicos, sobre las verdaderas motivaciones de los quebrantamientos de la paz, la seguridad y la justicia internacionales.

Tomemos por ejemplo a Irán, país al que se ha hecho referencia en la mañana de hoy. En 1953, Estados Unidos financió, organizó y ejecutó un golpe de Estado en contra de un gobierno democráticamente electo que, en ejercicio de su soberanía, nacionalizó su petróleo en manos de una empresa angloestadounidense. Después, por varias décadas, apoyaron un gobierno autoritario que permitía que las ganancias del petróleo beneficiaran a empresas transnacionales. Esa situación se vivió hasta la revolución de 1979; ahora, que Irán ha retomado el control de sus recursos, es nuevamente víctima del asedio estadounidense. Bolivia rechaza categóricamente las acciones unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos en contra de Irán. Asimismo, condena el hecho de que Estados Unidos se haya retirado de Plan de Acción Integral Conjunto, utilizando excusas para continuar con su política de injerencia e intervención en asuntos internos de ese hermano país.

Hermanas y hermanos del Consejo de Seguridad, nos referimos a la región de Oriente Medio, rica en recursos naturales, pero proporcionalmente afectada por invasiones, guerras y situaciones de agresión injustificada, que siguen produciendo dolor y luto en sus pueblos. Esta región del mundo ha sido escenario de las tres más grandes agresiones cometidas durante el siglo XXI. La primera agresión, es la primera invasión a Irak, basada en una mentira de que ese país poseía armas de destrucción masiva. Esa invasión produjo más de un millón de muertos. La segunda agresión es el derrocamiento del gobierno de Libia, con decenas de miles de muertos, con la excusa de razones humanitarias. Como consecuencia, subsiste una grave inestabilidad política y una crisis humanitaria en el Norte de África. La tercera agresión es la guerra civil en Siria, que en los últimos ocho años ha provocado más de medio millón de muertos. Esa guerra es producto directo de la injerencia y el financiamiento de grupos armados y organizaciones terroristas, enfrentados al gobierno sirio.

Hermanas y hermanos, en los últimos meses EE.UU. ha demostrado nuevamente su desprecio al derecho internacional, el multilateralismo y los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas. Cada vez que EE.UU. invade países, lanza misiles o financia cambio de régimen lo hace acompañado de una campaña de propaganda, que reitera es a nombre de la Justicia, la Libertad, la Democracia, los derechos humanos o razones humanitarias...

Quiero decirles que a Estados Unidos no le interesa la democracia. Si así fuera no habrían financiado golpes de Estado ni apoyado a dictadores. No amenazaría con intervenciones militares a gobiernos democráticamente electos, como lo hace contra Venezuela. No le interesan los Derechos Humanos ni la Justicia, si así fuera firmaría los convenios internacionales de protección de los derechos humanos o las amenazas a los mecanismos a la investigación de la Corte Penal Internacional. No promovería el uso de la tortura. No abandonaría el Consejo de Derechos Humanos y no separarían a niños migrantes de su familia ni los pondrían en jaulas.

A Estados Unidos no le interesa el multilateralismo. Si así fuera no se habrían alejado del Acuerdo de París o del Pacto Global de Migraciones. No lanzarían ataques unilaterales ni tomarían decisiones como declarar ilegalmente a Jerusalén como capital de Israel. Ese desprecio al multilateralismo está motivado por su afán, por el control geopolítico y la apropiación de los recursos naturales.

Hermanas y hermanos, por encima de estas situaciones saludamos a los países Francia, Alemania, Reino Unido, China, Rusia, que se mantienen firmes en la defensa del acuerdo nuclear firmado con Irán. A los países que no abandonaron el Acuerdo de París, a los países que defienden los principios de igualdad soberana de los Estados, de no injerencia en los asuntos internos, de respeto al derecho internacional y de respeto a los compromisos asumidos y de defensa del multilateralismo.

La responsabilidad de nuestra generación es entregar un mundo más justo y más seguro a las siguientes generaciones. Eso solamente se conseguirá si es que trabajamos juntos para consolidar un mundo multipolar, con reglas comunes para respetar y defendiendo de todas las amenazas a las Naciones Unidas.-

Portada del sitio || La Central || Evo Morales: “a Estados Unidos no le interesa la democracia”.