En los últimos días se terminó de instalar como un alarmante fenómeno local lo que hasta ahora veníamos viendo como un problema que asolaba a otras naciones del planeta.

El discurso en cadena nacional del Presidente anunciando las primeras medidas preventivas, entre las que se destaca la suspensión del dictado de clases con el impacto que esto tiene en todas las familias del país, instaló este asunto como prioridad casi excluyente de la agenda nacional.

Creemos necesario compartir con ustedes algunas reflexiones que nos permitan definir el papel que nos toca asumir en esta coyuntura y los cursos de acción que se correspondan con ello.

En otro documento que está preparando la compañera Lili Capone con la intersindical de Salud, se adjuntara más información sobre el tema.

Lo primero a considerar es que este siniestro global encuentra a la economía de la Argentina con las defensas bajas, empezando a querer levantar cabeza después de la hecatombe macrista.

La caída de la producción con un PBI en descenso, los vencimientos de la deuda externa que como una bomba con la cuenta regresiva activada nos dejó el " mejor equipo del mundo", los altísimos niveles de inflación preexistentes, configuran una realidad social con alarmantes niveles de desocupación, trabajo informal y pobreza extrema. La contrapartida de esto es un Estado Nacional con las arcas vacías y provincias que en su mayoría están aún peor.

Como lo estamos comprobando a través de la información que nos llega de los países donde el coronavirus ya se propagó, las medidas preventivas para achatar la curva del contagio, el aislamiento y la reducción de la circulación en los centros poblados, generan caída de la actividad económica.

En el caso de nuestro país esto se agravará por el descenso de los precios internacionales de las exportaciones. Es decir que vamos a entrar en la zona crítica de la pandemia con una disponibilidad limitada de recursos presupuestarios y con un sistema de salud pública que el gobierno de la alianza Cambiemos se encargó de desmantelar. A esto se sumarán otros factores negativos vinculados al cuadro recesivo global, como la baja del precio del petróleo que ya paralizó Vaca Muerta y los efectos del colapso de la actividad turística. Lo que venía siendo viento en contra, empieza a parecerse más a una tormenta de frente y de perfil.

Antes de que el coronavirus se instalara como amenaza inminente, el gobierno nacional tenía frente a sí tres problemas a resolver: El más acuciante, la situación de los millones de argentinos sumidos en la indigencia. El otro, hacer sustentable la salida del ajuste macrista reactivando la economía a través del estímulo al poder de compra de los asalariados y de la reinserción laboral de los expulsados del aparato productivo.

El otro nudo a desatar, de cuyo desenlace depende el margen de maniobra para reducir el padecimiento social, lo constituye el frente externo. En efecto, cuando apenas van cuatro meses de la asunción del nuevo gobierno, nos encontramos con acreedores externos privados y el FMI que irresponsablemente financiaron el engorde de las cuentas de los especuladores financieros y ahora pretenden imponer condiciones que nos terminarían de hundir.

En este contexto se hace imprescindible fortalecer la unidad del campo popular y para ello la CTA debe seguir cumpliendo un papel importante. Hace pocos días tuvimos una precoz demostración del hostigamiento del núcleo duro de los gurkas del agro que volvieron a las rutas y al paro, dispuestos a convertirse en la fuerza de choque de los grupos de poder que intentan erosionar y condicionar desde el primer día a las nuevas autoridades. Estos sectores van a hacer lo imposible para que el nuevo gobierno fracase. No debemos olvidar que los tenemos con el aliento en la nuca. La prueba de ello es la remarcación de los precios de los alimentos y la del alcohol en gel y los barbijos. No solo se trata de una cuestión de codicia o de una conducta antisocial. Siguen jugando fuerte al desmadre de la economía.

Es que tienen la determinación de poner a la defensiva a los sectores populares, alentando falsas contradicciones entre los distintos componentes del Frente de Todos y jugando a lo que ellos consideran debe terminar siendo un aleccionador fracaso del gobierno popular.

Para eludir la presión de los grupos de poder externos e internos y dar respuesta a los sectores populares, el gobierno debe hacerse fuerte con iniciativas como las que anuncio el 17 de marzo último. La decisión de volcar 700.000 millones de pesos para asistencia social y oxigenar la situación de las pymes que generan empleo, es una señal positiva. Ese es el rumbo en el que hay que persistir.

En la disputa política con los neoliberales, tenemos que reivindicar el papel del Estado y los valores de la solidaridad social. Nuestra prédica tiene que ser para profundizar ese camino. La única manera de salir de esta crisis es quemando los papeles de las recetas ortodoxas de la derecha y de su darwinismo social, basado en el individualismo y el sálvese quien pueda.

El momento que estamos atravesando es complejo. La tensión de fuerzas que nos imponía la resistencia al macrismo se daba en un contexto de beligerancia permanente que hacía más sencillo nuestros posicionamientos políticos. Hoy sería un error caer en una postura de conformismo social, rodeados como estamos de lacerantes desigualdades y de demandas que debemos expresar. Sin embargo, en el debate que vaya definiendo el accionar de nuestra Central en cada coyuntura tendremos que tener presente que del éxito o del fracaso de este gobierno, dependerá que la clase dominante vuelva a colocar o no a uno de los suyos en la Casa Rosada dentro de cuatro años.

Esta crisis global que enfrentamos hoy nos encuentra con las defensas bajas como sociedad. Lo primero que está claro es que sin la fuerte presencia del Estado garantizando medidas que protejan prioritariamente a los más vulnerables, se corre el riesgo de que sean los habitantes de las barriadas más pobres los que terminen pagando el precio más alto. Y no lo decimos solo en relación con la enfermedad. Si como consecuencia de las medidas de aislamiento se profundizara el parate de la economía, esto impactaría de lleno en esa mitad de la clase trabajadora que sobrevive gracias a la "changa" y a los rebusques de la economía informal.

Esto hace muy importante la presencia de la CTA en las zonas periféricas a través de la militancia de nuestras compañeras y compañeros que integran el Frente Barrial. Hoy es clave estar presente en esos territorios para organizar las demandas y garantizar que los recursos de la asistencia social lleguen a sus destinatarios. Por su parte, los distintos gremios de nuestra Central están accionando intensamente para garantizar la continuidad de las tareas y los servicios habituales y a la vez poner en resguardo la salud de nuestras compañeras y compañeros.

Sentimos que cada uno de los que hoy sigue cumpliendo sus tareas lo hace con la convicción de que somos parte de una clase que cree en la solidaridad, en la construcción colectiva y en un ideal de justicia que solo se puede conseguir con unidad y organización. Por ello queremos enviar un fraterno abrazo a lxs docentxs que hoy están en las escuelas o preparando las cartillas que van a recibir sus alumnos, a lxs trabajadorxs aeronáuticxs que hoy garantizan que la línea de bandera pueda repatriar ciudadanos, a los trabajadorxs del subte que siguen garantizando el transporte en la ciudad, a los obreros que continúan produciendo en las fábricas y centros de trabajo, a lxs trabajadorxs del Estado, a lxs del Malbrán y de otros centros de salud que, con su abnegación, ponen al descubierto la bajeza de los que los estigmatizaron durante los cuatro años de macrismo para justificar el desmantelamiento del Estado.

En fin, a todos y todas los que hoy saben estar en esos puestos de trabajo también es luchar contra los que nos quieren divididos, metidos dentro de nuestro propio cascarón e indefensos frente a los poderosos.

A todas y todos un enorme reconocimiento por el compromiso de esta militancia, que así como lo hizo en otros momentos críticos, una vez más será determinante para que nuestro pueblo pueda sobreponerse a este difícil momento.

Para finalizar queremos informarles que en virtud de las disposiciones emanadas de las autoridades nacionales, hemos resuelto suspender las convocatorias que estaban previstas para el día 24 de marzo, el 27 de abril y el Día de lxs Trabajadorxs.

Resta informar las iniciativas que la CTA tiene en curso al día de hoy:

1- Poner a disposición de las autoridades nacionales la infraestructura hotelera y de salud de nuestras organizaciones, en caso de que esta sea requerida para asistir a los afectados por el coronavirus. Sería importante que en las provincias donde sea factible cada CTA regional haga el mismo ofrecimiento.

2- Gestionar ante el Ministro de Trabajo las disposiciones que resguarden el derecho al cuidado de los niños y ancianos en el ámbito familiar, con el resguardo de la licencia paga por el tiempo que dure la emergencia de esta pandemia.

3- Apoyar el pedido de sanción de una Ley para que la afección por coronavirus sea considerada, por las ART, enfermedad profesional en aquellos casos en los que el contagio se produzca con motivo de la realización del trabajo. ( se acompaña el Proyecto de Declaración presentado en la Cámara de Diputados el 17 de marzo)

4- Convocar vía conferencia virtual a Plenario Nacional de Secretarios Generales, para el próximo primero de mayo.

5- Realizar conferencias virtuales por región a lo largo de la primera quincena de abril.

Buenos Aires, 18 de marzo 2020

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