El sábado 16 de mayo, en un contexto complicado a priori por la pandemia, prendieron fuego la Biblioteca "Del otro lado del árbol" de la ciudad de La Plata, un espacio amado por la comunidad que lleva nueve años de construcción colectiva.

Por lo que pudimos saber, el siniestro se originó en un incendio de colchones de las personas en situación de calle que están habitando en estos tiempos las inmediaciones de nuestro querido lugar de militancia. Lo ocurrido descubre una situación histórica de abandono de este espacio público por parte del municipio, al no dar atención a la extrema vulnerabilidad de quienes parecieran no tener a dónde ir. Lejos de poner la mirada en los autores del incendio, nos preocupa la falta de políticas públicas en relación a este flagelo.

La Biblioteca guarda aproximadamente 20.000 libros donados por la comunidad, en su mayoría infantiles, ya que nos especializamos en infancia. La Biblioteca nació en 2011, luego del fallecimiento de mi pequeña nieta Pilar, con la intención de que fuera un gran homenaje a su ternura y un tributo a la infancia toda. Este espacio amoroso no sólo tiene libros, también hay narradores de cuentos, visitas guiadas a las escuelas de toda la provincia por las y los anfitriones del lugar. Estos son en su mayoría docentes, que se han acercado a participar del proyecto, y guían a los alumnos y maestros, en un recorrido por el bosque, contando historias de duendes y árboles mágicos, que finalizan en la biblioteca, para que todos tengan acceso a esos libros maravillosos que están al alcance de los pibes y pueden leer debajo de los árboles o sentados en alfombras y almohadones coloridos en un clima cálido y lleno de ternura.
El incendio provocó la angustia y las muestras de solidaridad de cientos y cientos de personas, familias, niños y niñas, que se pusieron a disposición de las nuevas necesidades.

Los lazos de solidaridad y las redes amorosas construidas en estos años, volvieron a anudarse con fuerza en esta nueva acción para empezar con la reconstrucción del espacio.

En el entorno de la Biblioteca, se encuentra un barco pirata, un bosque de tambores, numerosas esculturas en madera que recrean mares de tierra, duendes y niños jugando, todo ello obra del escultor y artista Fernando Rigone.

La “Biblio”, como nos gusta decirle, con sus objetivos de estimular la lectura, recrear sueños y fantasías, se ha convertido en referente e inspiración para otras Bibliotecas en nueve municipios de la Provincia de Buenos Aires que, con la misma impronta que la nuestra, militan las infancias.

Sería muy largo contar todas las actividades culturales, educativas, y en los ámbitos de salud que viene desarrollando la biblioteca en estos años; ahora urge otra cosa: pensar cómo se reconstruirá y poner manos a la obra, con las limitaciones del contexto.

Como abuelo de Pilar, padre de Paula (fundadora de la “Biblio”) y militante de la vida, espero que este llamado a la solidaridad, que curso desde la página web de la CTA de los Trabajadores, llegue a todas y todos aquellos que están en condiciones de aportar.

(*) Cofundador de ATE Conicet La Plata, fotógrafo y documentalista.

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